Una tarta más de queso, porque me encantan y son de lo más fácil que existe en el mundo. Esta tarta hecha con leche condensada, es muy dulce. Lo aviso porque siempre me sorprenden los que dicen que les gustan los dulces no muy dulces. Y digo yo, pues cómete una fruta, no? Para mi una tarta tiene que ser dulce,si no, me como una paella y me quedo más a gusto.
Pues esta receta, sacada de uno de mis recortes de alguna revista, es una de las tartas más fáciles que me he encontrado. Lleva almendras molidas con el requesón y supuestamente la gracia estaba en las nueces y piñones que se ponen al final encima, pero si tengo que ser sincera, para mí sobran. Pero esto no lo sabes hasta que no lo haces, así que la pongo tal cual y cada uno que decida.
Ingredientes:
- 1 bote de leche condensada (490gr.)
- 500 gr. de requesón
- 4 huevos
- 50 gr. de almendras molidas
- 2 cucharadas de brandy
- mantequilla y harina para el molde
- un puñado de piñones y nueces
- 2 cucharadas de azúcar moreno
Elaboración:
1. Encendemos el horno a 180ºC
2. En un bol ponemos todos los ingredientes y mezclamos con un tenedor. Se integra todo muy bien, no hace falta batidora.
3. Engrasamos un molde desmontable con mantequilla y luego un poco de harina. Repartimos la harina por el fondo y las paredes y tiramos el exceso.
4. Volcamos la mezcla en el molde y lo metemos al horno durante 40 minutos.
5. A los 40 minutos la sacamos de horno y repartimos piñones y nueces picadas por encima, junto con un par de cucharadas de azúcar moreno.
6. Volvemos a meterla en el horno 5 minutos más.
7. Dejamos enfriar y desmoldamos.
Si pasáis de los frutos secos, en vez de 40 minutos la dejamos los 45 minutos seguidos.
¡Que tengáis un buen día!
Fuente: este post proviene de Con tu Pan te lo Comas, donde puedes consultar el contenido original.
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