He dejado de sentirme una mujer moderna.
No me siento abierta a nuevas formas de ir por la vida, sinceramente, me he vuelto una carca.
Y es que últimamente me estoy dando cuenta de que ya he visto a varias chicas en los vestuarios del gimnasio que al terminar de ducharse, se visten… sin ponerse bragas.
Y estoy pensando que lo mismo es tendencia. Pero a mí… no sé, me da reparo.
Sobre todo esa chica que se encaja los pantalones elááásticos a presión… casi grito de dolor yo, solo con verla. Ese último saltito para tirar de la exigua tela y abrocharse, eso… eso duele. Seguro. Después de eso te quedas estéril.
Yo lo he valorado, porque quería hacerme la moderna, pero mira, solo le veo pegas, a saber:
Tienes que lavar los pantalones cada día y no los viernes [después de entrenar me pongo los mismos pantalones de algodón que después uso para estar por casa, total vivo enfrente del gimnasio y paso muy mucho de irme con el vestido y las botas que me he llevado al curro cargadas en la bolsa de deporte… pantalón de algodón, camiseta y punto]
Pillarte un inoportuno pelillo con la cremallera …sssssssshhhhhhhh dolor-dolor-dolor y sufrimiento.
Pillarte un pellizco con las costuras del vaquero …ssssssshhhhh dolor y más dolor de nuevo. En ese momento la única solución es echar mano y fingir que te recolocas los huevos en su sitio, da igual si tienes o no. [Tengamos clara una cosa aquí: la única forma de toquetearse dignamente la bragueta es recolocar la huevada, ahí puedes despacharte a gusto que no pasa nada, eso se puede. Tocarte el coño: no]
Faldas y viento. Todos sabemos lo que pasa aquí. Y yo no soy Marilyn.Una vez confieso que lo hice. Me olvidé las braguitas cuando preparaba la bolsa del gimnasio, y me di cuenta… tarde.
La cosa es que me podría haber puesto las que traía, pero me pareció una cerdada. No tiene sentido, lo sé. Podría no haber ido a entrenar y haber usado esa ropa interior hasta la noche sin problema, pero el solo hecho de habermelas quitado… me pareció que me vería a mí misma como una guarra si las reutilizaba un rato más. Al quitármelas cambiaron de estatus, pasaron de usables a sucias.
Así que nada, me fui sin ellas. 3 minutos que separan mi casa del gimnasio, y mira, no me sentí ni más deseada, ni sexy, ni liberada ni erótica. Me sentí incómoda. Y punto. Creo que me quedé con el lado práctico del asunto.
Tampoco me ví a mi misma, aprovechando la circunstancia, haciendo un strip-tease en la puerta de casa en plan erótico-festivo dado que llevaba puesto un chandal de algodón que francamente, no se presta a estos menesteres.
Desde entonces siempre llevo unas de repuesto en un bolsillito de la bolsa de deporte. No sea.
Así que siento decir que llegado a este momento de mi vida, soy una carca. No tanto como para usar arrefajos de cuello vuelto, pero sí, una carca al fin y al cabo.
INGREDIENTES
[4 PERSONAS, APERITIVO]
Champiñones, 500 g
Calabacín, 100 g
Puerro, 50 g
Cebolla, 50 g
Gorgonzola, 50 g
Leche evaporada, 100 g
Nueces, 30 g
Aceite, 1 cucharada [15 ml]
Sal, pimienta negra
MODUS OPERANDI
Antes de empezar, limpiamos los champiñones y les retiramos los pies. Los reservamos [para que no se oscurezcan se pueden poner en agua con limón, pero a mí no me gusta hacerlo]. Precalentamos el horno a 250º.
Cortamos en brunoise [es decir: en daditos chiquititos chiquititos] toda la verdura del relleno: Puerro, cebolla, calabacín, y los pies de los champiñones.
En una sartén ponemos el aceite y pochamos a fuego bajo las verduras del relleno con una pizca de sal, poca, porque el queso es muy salado.
Cuando estén blanditas, añadimos el queso gorgonzola y la leche evaporada y dejamos que reduzca hasta tener una mezcla de consistencia pastosa [entre 5 y 10 minutos], y añadimos las nueces picadas menudas. Espolvoreamos pimienta negra, damos un par de vueltas y listo.
Rellenamos con esta pasta los champiñones [si ves que alguno no se sostiene sobre su cabeza, haz un pequeño corte y déjalo más plano] y los horneamos a 180º entre 15 y 20 minutos, en función del tamaño que tengan.