Desde siempre me ha gustado el brócoli, hervido con un poco de sal, aceite de oliva y vinagre lo veo una guarnición perfecta además de tener gran variedad de vitaminas tiene fibra, calcio, hierro, magnesio, ácido fólico, potasio y alguna cosilla más, con lo cual es perfecto para tomar cualquier día.
Nunca había probado el morado hasta que un día me llamaba desde el mercado ¿como es posible que no hubiese probado yo un ingrediente de mi color? La pena es que cuando lo cocina pierde ese precioso color y queda verde, un verde más intenso que el brócoli verde, eso sí, el agua donde lo hierves queda morada morada.
Ah!! Y las florecillas sueltas antes de añadirles la picada son ideales para el Baby led Weaning, a mi pequeñajo le encanta.
1 Brócoli morado
1 Trozo de pan del día anterior
2 Dientes de ajo
1 Rodaja de Jengibre (1 dedo de grosor aprox)
1/2 Guindilla fresca pequeña
Aceite de girasol
Aceite de oliva
Pimienta blanca
Sal
Cortamos el brócoli en ramilletes, lo lavamos y ponemos en una cazuela con agua hirviendo y un hilo de aceite de oliva durante 15 minutos, mientras tanto vamos preparando la picada crujiente de pan.
Troceamos el pan (como si fuésemos a hacer migas), en una sartén ponemos un poco de aceite de girasol y freímos el pan, cuando empiece a coger color, añadimos la guindilla picada y el ajo y el jengibre rallados.
Escurrimos el brócoli, pasamos al plato y sobre él ponemos la picada (habiendo quitado el exceso de aceite), salpimentamos y regamos con un hilo de aceite de oliva.
Listo para disfrutar, si lo probáis no dejaréis ni las migas, os lo aseguro, ya me contaréis
Fuente: este post proviene de La Cocina Violeta de Carol, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
