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Flor del olivo en primavera
Te he contado en más de una ocasión que soy de un pequeño pueblo de La Noguera (Lleida) llamado Castelló de Farfanya. Mi vínculo a la tierra y al campo es más que evidente porque procedo de una familia de agricultores. En casa se sigue cultivando olivo, cereal y antes también teníamos almendros y un poco de viña. A nosotros no nos llevaban al parque o al famoso chiquipark a pasar la tarde con un refresco de marca, sino que para nosotros el no va más de una tarde de juegos era que nos llevaran al campo, fuera invierno o verano.
Conocimos la flor del olivo en primavera, la oliva verde para aliñar por el Pilar y la oliva madura de los duros inviernos de mi tierra. Intentamos miles de veces subir al olivo más alto y nos raspamos otras tantas con su dura corteza. Al llegar a casa, después de recoger olivas, me dejaban encender la chimenea (vamos, el hogar de toda la vida) y hacer allí grandes tostadas de pan de hogaza, que acercábamos a la llama sujetándolas con las pinzas de las brasas. Una sensación que recuerdo es la del aceite resbalando lentamente hasta la muñeca, y que me obligaba a cambiar de mano el pan para chuparme los dedos uno a uno, bronca segura porque estoy convencida de que no me había lavado las manos. Seguiría así hasta aburrirte porque disfruté de una infancia feliz, y tuve experiencias que muchos de los niños de hoy sólo conocerán porque se las contaremos los padres. Quizá sea el momento de pensar si a nuestros hijos podríamos premiarlos con experiencias sencillas que les acerquen a sus orígenes como éstas o, si por el contrario, la mejor experiencia que podemos regalarles es llevarles a un resort todo incluido. Dejo en el aire esta reflexión y te animo a conocer la experiencia de apadrinar un olivo.
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Y aprovechando que hablamos de aceite, te voy a enseñar cómo se prepara el auténtico pan tumaca, la versión de nuestro clásico pa amb tomaca o pan con tomate, que sería su traducción.
Ingredientes
hogaza de pan (cuánto más grande, más miga tendrá la rebanada)
tomates maduros
1 ajo (opcional)
sal aceite de oliva virgen extra
Ingredientes para preparar Cómo se hace el pan tumaca (el auténtico)
Cómo se hace el pan tumaca (el auténtico): preparación de la receta
1.- Corta rebanadas de pan de un dedo de grosor ( 1 a 2 cm).
2.- Tuesta el pan (puedes prepararlo con pan sin tostar, sí que este paso es opcional). Lo ideal es hacerlo a la brasa o acercándolo a la llama del fuego de leña, pero más práctico te resultará introducirlo en la tostadora o en el horno encendiendo sólo el gratinador. Aquí puedes elegir si lo doras mucho o poco y si tuestas una o las dos caras. Yo elijo las dos caras tostadas de manera muy rápida, pero bien doradas, para que no se seque la miga por dentro. Morder una tostada crujiente por fuera y tierna por dentro es una sensación sin igual y por eso es importante que las rebanadas sean un poco gruesas.
3.- Corta la puntita al ajo. Sin necesidad que el pan se enfríe, frota el ajo sin pelar en la tostada de pan. Este paso hazlo a tu gusto o sáltatelo si no quieres comer ajo crudo por el aliento que te deja. Hay quien frota medio ajo y otros que sólo se lo enseñan tímidamente al pan. Tú eliges.
4.- Frota el tomate maduro encima del pan, tostado con sin tostar, insistiendo en el borde para que la costra arranque pedazos de pulpa (ni se te ocurra quitarlos si te queda un trozo más grande de pulpa).
5.- Adereza con un poco de sal y riega generosamente con abundante aceite de oliva virgen extra , que brille bien el pan. No te preocupes si se derrama en el plato, a alguno le apetecerá refrotar de nuevo con el último pedacito de pan antes de terminarse la rebanada. No les llames la atención si rebañan, esto es para disfrutar.
6.- Sirve el pan tumaca acompañado de una buena tabla de embutidos y quesos, incluso con tortilla de patatas, anchoas en aceite de oliva, sardinas de lata.... Mi combinación preferida es el jamón serrano. Con jamón de york es un placer maravilloso porque el jamón de york muy frío, recién sacado de la nevera, sobre una tostada recién hecha, provoca un contraste al comerlo, que merece la pena que lo pruebes. El jamón serrano, a temperatura ambiente, por supuesto.
Consejos y trucos:
Si los tomates están maduros, pero siguen duros y es imposible frotarlos en el pan y que dejen su jugo o pulpa, no te toca otro remedio que rallarlos con un rallador. Luego repartes una capa con una cuchara y untas bien el pan, pero sólo untar. Si lo vas a servir en una cena informal con personas sentadas a la mesa, lleva los tomates enteros y que cada uno se haga el pan tumaca a su gusto. Seguro que tus invitados ya saben cómo se hace el pan tumaca, si no se lo puedes enseñar tú.
Si no encuentras pan de hogaza, usa pan de barra, pero corta porciones para abrirlas a modo de bocadillo y untar por la parte de la miga. Queda muy bien con baguette, pan rústico o cualquier pan que tenga corteza.
No uses conserva de tomate natural para hacer el pan tumaca, nada más lejos del auténtico pan tumaca.
Y si eres de los que se resisten a comer tomate (tú te lo pierdes), no dudes en comer el pan con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, ajo y sal, para mi es también un auténtico placer comerlo sin tomate y saborear a tope todas las propiedades de un buen aceite de oliva virgen extra.
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