El mero suele ser de tipo semigraso, es decir suele tener 6 gramos de grasa por cada 100 gramos de porción comestible. Aportan diversos nutrientes, como son sus proteínas y las vitaminas, una gran parte de la cuales se sitúa dentro del grupo B, si bien se encuentra también vitamina E, que posee una acción antioxidante importante. Entre los minerales que lleva el mero destacan el potasio, fósforo y magnesio.
Gracias a estos nutrientes, el mero es un buen pescado para ser consumido por toda la familia y ofrece muchas posibilidades de cocinar para que guste a los niños, no siempre partidarios de comer según qué tipo de pescados. A pesar de tratarse de un pescado poco habitual en el consumo doméstico, tiene un buen sabor, está blando y puede prepararse de diferentes maneras para que los pequeños se lo coman sin problema. Por ejemplo, en forma de brocheta de mero, con croquetas, en forma de pastel… estas recetas son aplicables también a grandes y pequeños.
Y a nivel general, el mero puede prepararse de distintas maneras. Como por ejemplo el mero a la plancha con verduras, un plato fácil que basta con cocinar el mero en rodajas en la sartén a fuego lento para mezclarlo luego con verduras salteadas, puede servirles al estilo wok con alguna salsa y especia oriental. Sabrá mucho mejor y estaremos dando un plato algo diferente a lo que solemos comer de forma tradicional.
Otra receta algo distinta es el mero a la mallorquina que se basa en cocinar los filetes de mero en la sartén para situarlos, posteriormente, al horno, mientras vamos cocinando cebollas, pimiento verde, tomates, pasa o piñones y todo lo introducimos en el honro durante unos 15 minutos. Se sirve junto a una salsa por encima con un sofrito de piñones y pasa que habremos realizado previamente.
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