No podemos negar una realidad: la cocina evoluciona como todo en ésta vida. Éstos últimos años, al igual que la tecnología, la moda y las costumbres, la gastronomía no podía ser menos, avanza y cambia a pasos agigantados.
Los platos de éxito de grandes cocineros y chefs, muchos de ellos "estrellados por Michelin" tienen un periodo de éxito limitado, a veces casi efímero, ascensos y muchas veces fugaces permanencia en sus cartas, para posteriormente tener un ´rapido descenso en cuanto se generaliza, perdiendo su poder de asombrar a los comensales más "foodies", llegando a pasar la gran mayoría sin pena ni gloria, quedando incluso en el olvido más absoluto ésas creaciones y tendencias culinarias.
Recetas e ingredientes que ponen de moda, técnicas, combinación y fusión de sabores que nos llegan a nuestas propias cocinas siguiendo a los grandes cocineros y que acogemos en nuestras propias cocinas como si todo lo pasado fuese peor.
Y en éstas fechas de celebraciones familiares, de comidas navideñas, de reuniones entrañables, de fechas especiales ya sean de bodas, comuniones, bautizos, eventos y comidas de empresas ¿ a quién no le viene a la memoria aquellos platos que fueron tan novedosos, tan "chic", tan de moda en décadas no tan lejanas, que ya quedaron atrás, que sufrieron incluso el desdén, el olvido y que a pesar de que fueron el súmmum de la sofisticación y modernidad gastronómica, han pasado a ser denominados "cocina viejuna"?
¿Quién no disfrutó de ellos? ¿Quién no recuerda aquellos entrantes como el melón con jamón? ¿Y los huevos rellenos con su yema hilada por encima o los variados canapés en pan de molde? ¿A quién no le sorprendieron los coloridos aspics de verduras o de frutas? ¿Quién no alucinó en su momento con los solomillos a la pimienta? ¿Y quién no se asombró con el espectáculo de aquel postre que se prendía fuego, la famosísima tortilla Alaska, helada por dentro y con su merengue quemándose mientras llegaba a la mesa? ¿Y cómo olvidar aquella bomba por postre, aquel "Pijama" al que no le podía faltar su melocotón en almibar con nata (crema de leche)?
Pero no me podrán negar que el colmo, lo más "in", lo más de lo más, era el cóctel de langostinos. Fue la evolución elegante del plato de langostinos cocidos, servidos con un cuenco de mayonesa al lado. ¡¡ Ya no había que pelarlos, no había que mancharse las manos, tampoco dejar la servilleta hecha una pena ni poner un cuenco con agua con limón para lavarse (éso sí con suma elegancia y distinción) los dedos en la mesa como hacían los antiguos romanos; mucho menos ver al comensal de al lado o de frente chupando las cabezas !!
He podido leer al respecto que los cócteles de langostinos en los años 50 ya causaban furor en los grandes restaurantes y casinos de Las Vegas, convirtiéndose en el plato estrella era servido en una bonita copa, sobre lecho de hielo picado, los langostinos ya pelados eran mezclados con otros ingredientes como lechuga, piña, aguacate y todo ello generosamente acompañado de ésa salsa rosa preparada con la americana salsa ketchup.
Y desde Estados Unidos, cruzando el gran charco, nos llegó en la década de los años 70 y cautivó a los españoles por su exotismo, por su colorido y por la sorprendente mezcla de sabores agrios y dulces, convirtiéndose en un clásico de nuestras mesas emulando la alta cocina de aquellas décadas prodigiosas.
De las cartas de los grandes restaurantes fue desapareciendo, pero quedó en las cocinas domésticas, en nuestros hogares bien por la comodidad a la hora de degustar el marisco, bien por nostalgia o quizás porque realmente la combinación de productos y sabores es espectacular, todo hay que decirlo. Aunque la estética nos haga repudiar la clásica copa y se presente con otro "look" más actual.
Éstas pasadas fechas en "Mi Cocina" tiré del recuerdo y la añoranza preparando ése clásico e hice ésos langostinos en salsa rosa presentándolo en copa, como antaño y al verlas, mis comensales al unísono me dijeron: ¡ Ni se te ocurra sacar una foto, ni publicarla en el blog, ni mucho menos en las redes sociales...te van a tachar de "comida viejuna" la presentación de los langostinos ! No se dieron cuenta, de soslayo alguien saco ésta foto....quedarán mis copas para el recuerdo y puedo decirles que brillaron en mi mesa tanto como las luces navideñas.
No obstante tenía que subir la receta al blog, a "Mi Cocina" virtual y para ello dejaré las copas atrás y serviré los langostinos en salsa rosa no con tanto "glamour" de aquellas décadas pasadas, sino tal y como hoy por hoy, cualquier día del año, llegan a mi mesa.
¿COMO LO HICE?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
24 langostinos, una naranja (tipo washingtona), un aguacate, cilantro, cuatro yemas de espárragos blancos, sal y salsa rosa.
PARA LA SALSA ROSA:
Un huevo, un vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra, sal, cinco cucharadas soperas de salsa de kétchup, tres cucharadas soperas de coñac, cinco cucharadas soperas de zumo de naranja, sal y cinco gotas de tabasco.
LOS PASOS A SEGUIR:
En una cacerola echar un litro de agua y salar generosamente (aquí escucho ésa voz que siempre me dice cuando voy a cocer marisco: echa sal como si fueses a salar la mar), aproximadamente unos 70 grms. por litro de agua.
Ponerla al fuego y llevar a ebullición. Una vez que el agua esté hirviendo, incorporar los langostinos y dejarlos cocer unos pocos minutos (el tiempo va en función del tamaño de los langostinos, generalmente los suelo dejar dos o tres minutos, pero comprobarán que la señal de que están listos es cuando comiencen a flotar). Sacarlos del agua con un colador y sumergirlos en un cuenco con agua fria con hielo (la carne estará más tersa y será más fácil pelarlos). Una vez enfriados, sacar los langostinos, pelarlos y si son grandes cortarlos en dos trozos (como para un bocado). Reservarlos.
A continuación preparar la salsa rosa, para ello en el vaso de la batidora echar el huevo junto con el aceite de oliva virgen extra y batir a máxima potencia sin mover el brazo de la batidora, dejándolo fijo durante un minuto. En ése momento comenzar a mover despacio, con movimientos de abajo hacia arriba hasta conseguir que espese la mayonesa (tiene que quedar lo más espesa posible, si fuese necesario añadir un poco más de aceite, poco a poco. Tengan en cuenta que al añadir el resto de ingredientes la salsa puede volverse demasiado líquida).
Una vez esté lista la mayonesa incorporar el ketchup, el tabasco y la sal (al gusto), mezclando bien todo los ingredientes. Añadir el zumo de naranja y el brandy removiendo bien a fin de que queden todos los ingredientes bien mezclados. Guardar en el frigorifico.
Pelar la naranja y el aguacate, cortarlos en trozos pequeños (como de un bocado).
En un cuenco echar la naranja, el aguacate, los langostinos y añadir la salsa rosa con generosidad, removiendo todo el conjunto a fin de que los sabores se integren perfectamente, rectificar de sal si fuese necesario e incorporar las yemas de los espárragos, añadiendo las hojas frescas de cilantro.
Con ésta primera entrada del año 2.019, quiero desear a tod@s mis mejores deseos, un año lleno y pleno de éxitos, salud, amor, amistad y armonía.
Fuente: este post proviene de Blog de Mi Cocina Carmen Rosa, donde puedes consultar el contenido original.
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