No. Definitivamente, no recuerdo una racha igual que ésta... Desde que retomé la publicaciones, después del descanso veraniego, no he hecho otra cosa que publicar dulces.
Y aquí viene otra receta dulce, en esta ocasión, de galletas.
Pero una galletas muy, muy, muy ricas porque saben un montón a canela. Y, claro, a mi la canela me chifla. Así que por este detalle, por lo crujientes que quedan y por lo fáciles que son, me he enamorado de ellas.
Se trata de las galletas Snickerdoodles que le he "robado" a Sandra del blog Apfelstrudel Kuchen, el blog asaltado de este mes en el reto Asaltablogs. A Sandra ya la tenía fichada desde hace tiempo, así que me ha encantado fisgar un poquillo en su cocina. Tiene un montón de recetas dulces, alguna salada también, y son todas una pasada.
- 225 gr. de harina de trigo
- 120 gr. de azúcar para la masa y dos cucharadas más para rebozar las galletas
- 115 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 40 gr. de azúcar moreno
- 1 huevo
- 2 cucharadas de canela molida
- 8 gr. de impulsor químico
- Mezclaremos la harina, una cucharada de canela y el impulsor químico. Si queréis, podéis tamizar la harina. Yo, he de confesar que, me salté este paso y quedaron divinas.
- Batiremos la mantequilla con el huevo y los dos azúcares.
- Poco a poco, iremos añadiendo la mezcla de la harina a la mezcla de mantequilla, huevo y azúcar. Cuando obtengamos una masa compacta, más bien blandita, la taparemos con papel film y la dejaremos en la nevera durante 15 minutos, aproximadamente.
- Mientras tanto, pondremos el horno a precalentar a 180 ºC, con calor arriba y abajo.
- En un tazón, mezclaremos dos cucharadas soperas de azúcar y una de canela molida.
- Pasados los 15 minutos, sacaremos la masa de la nevera.
- Con las manos, cogeremos porciones de masa y formaremos bolitas con ella. Esas bolas de masa las rebozaremos con la mezcla de azúcar y canela, y la iremos colocando sobre una bandeja de horno, cubierta con papel vegetal.
- Cuando hayamos acabado de formar todas las bolas de masa, las introduciremos en el horno hasta que veamos que empiezan a agrietarse y a dorarse por encima. En ese momento estarán listas.
- Dejadlas enfriar antes de consumir. Os aguantarán una semana en perfecto estado, bien guardadas en una lata o en un táper.
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