JORNADAS GASTRONOMÍA Y CINE (Restaurante Gaudium)

Vuelvo a uno de mis pequeños grandes tesoros culinarios de Madrid: el Restaurante Gaudium (Calle Santa Feliciana, 14) Vuelvo para degustar otra de sus maravillosas jornadas de buen paladar. Y en esta ocasión vuelvo para presenciar cómo mi pasión (y locura) cine-culinaria se materializa ante mis ojos con una propuesta por parte del gran y honesto chef Juan Carlos Peñas de lo más visual y dinámica. Que de eso se trata: de visionario el plato y comerte el cine.



Siempre digo lo mismo: para mí la cocina y el séptimo arte tienen muchos puntos en común. En ambos casos empiezas con una página en blanco (para arrancar el guión o para crear la receta), luego debes combinar los ingredientes o personajes, dirigirlos en la cocina, sortear obstáculos, errores sobre la marcha, falta de presupuestos y corregirlos según tu criterio. Para en último lugar emplatar la obra culinaria o montar los metros de celuloide. Y tanto en la cocina como en el cine todo depende de una única cosa: el veredicto del público. Aplausos o silbidos. Está rico o no. Me ha gustado o me ha decepcionado...

Yo os puedo asegurar que la oferta de Gaudium y del chef Juan Carlos os hará levantaros de la silla y vitorear. ¿Exagerado? Sólo tenéis una forma de averiguarlo...

Un viaje de cine por el paladar
El cine, como cualquier arte, es algo muy personal de cada uno. De experiencias, vivencias, recuerdos... No es fácil hacer física una sensación y transmitir tus emociones cinematográficas en un bocado. Por eso este viaje es de lo más estimulante. No sólo se activará tu paladar, también tu mente para encajar las piezas y catapultarte a ese maravilloso mundo de fantasía y entretenimiento.

La propuesta de Gaudium es variada en cocina y en cine. Y a un precio de lo más sugerente: 30 euros por comensal. Cada céntimo estará bien invertido, ya os lo digo.

Empieza la degustación de esta jornada con los aperitivos: unas Verduras en Escabeche asimiladas a la película "Dos vidas en un instante" (aquella obra que nos hablaba de esas decisiones vitales que pueden cambiar tu destino, dos caminos a elegir) Y aquí lo vemos en el crujiente de la verdura, su frescor, su pureza... y por el otro en la potencia del escabeche, y sus marcados aromas de lemmongrass y lima Keffir, en un estupendo contraste de matices. Elige bien...

Seguimos con una Crema de Atún al estilo "Casablanca" (la inmortal obra maestra de Michael Curtiz, objeto de culto, de estudio, de disfrute... como el plato)


Rick ahogando sus penas amorosas en bourbon...

Ingredientes como el atún, la aceituna negra, la alcaparra o la anchoa se dejan seducir por la sensualidad y la contundencia de la mostaza, el ajo, el limón o la menta. Dos elementos - como Bogart y Bergman - que se necesitan, que se combinan a la perfección, que se aman pero que irremediablemente acabarán separados en tu boca. Ahí empezará tu amistad con este bocado...



La odisea prosigue con los entrantes, y arranca con un clásico entre los clásicos: Spaghetti con albóndigas. Inevitable que la mente del chef se haya acabado posando en "El Padrino" y en "La dama y el vagabundo".


Clemenza dando su receta a Michael...

Golfo y Reina en plena degustación romántica...

Dos iconos del celuloide, cuyas referencias culinarias ya forman parte de nuestra mente. Ver a los dos perros vivir su "primer beso" persiguiendo un spaghetti en el callejón de un restaurante italiano o a Clemenza explicando su receta de "meatballs" a Michael Corleone son ya todo un símbolo cultural. La salsa está muy bien medida y el plato es generoso en pasta, la albóndiga se deshace en tu boca y deja entrever los aromas del aceite de trufa y orégano con el que está perfumado. Besarás o matarás por este plato...



Los entrantes culminan viajando al futuro con este sorprendente "Sushi Tricolor con mayonesa de Wasabi" Y lo hacemos a través de una de las obras cumbre del género: "Blade Runner".


El ex Blade Runner, Rick Deckard cogiendo fuerzas para ir tras el replicante.
Nos topamos aquí con una creación original (casi a modo de la todopoderosa empresa Tyrell Corporation y su Nexus 6) para disfrute de vista y paladar. Tres bocados coloristas que te harán viajar a otra galaxia culinaria. Rojo: Periquito, fumet de pescado, zumo de pimiento rojo... Blanco: Pez mantequilla, fondo de pescado... Negro: Pulpo a la benedictina, tinta de calamar, cacao... Disfruta de este sensacional plato, poco a poco, déjate aconsejar en el orden y zampátelo antes "de que te retiren, replicante".



El plato fuerte sobrevuela gracias a una "Codorniz en salsa de pétalos rosas". Y como no podía ser de otro modo la película que va de su mano es "Como agua para chocolate"


Tita en plena faena culinaria con las codornices...
Un plato que requiere paciencia y mimo a la hora de degustarlo. Que va a un ritmo tranquilo, como lo iba la imposible historia de amor entre los jóvenes Tita y Pedro. Y bañas cada tajada de ave en esa salsa aromatizada con agua de rosas, pétalos, canela, anís, castaña, mantequilla... No hay pan suficiente para que rebañes, créeme.



Y el climax de este viaje cine-culinario se llena de potencia visual en el postre gracias a un "Strudel" perfectamente combinado con la gran y delirante obra de Quentin Tarantino: "Malditos bastardos"





Hans Landa disfruta de cada "tenedorazo" de strudel, mascando la tensión...
En la película el maquiavélico y sagaz coronel Hans Landa, degusta este dulce al tiempo que interroga a la joven y revolucionaria francesa protagonista. Esta secuencia, plagada de suspense, se engrandece por puro contraste: sus afiladas preguntas en contraposición con el placer total que tiene saboreando el Strudel. Yo os puedo decir que sin ser yo muy "dulzón" este postre me fascinó. Y me pareció una forma sensacional de asentar las sensaciones de este recorrido. Chapó, Juan Carlos.



Como bien reza en su web: Gaudium proviene del latín y significa "El placer de los sentidos". Todos y cada uno de ellos se activarán en estas Jornadas de Gastronomía y Cine. Todo sigue estando cuidado, medido, la comida es profundamente honesta, tendrás un puñado de aromas y matices en boca para descubrir y explorar. Todo secundado de buen ambiente y un gran servicio.

Entrarás, probarás y acabarás, como Bogart, sabiendo que aquella experiencia "es el comienzo de una gran amistad... culinaria"



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