Empieza el verano y empieza la temporada del ruibarbo. Esta verdura no es muy popular en España pero sí nos vamos más al norte, es un ingrediente muy usado en la repostería tradicional. La primera vez que lo probé me enamoró su sabor dulce. Ya sea en confitura o en dulces como el crumble, es exquisito. Así que si lo veis en el mercado o en el super, dadle una oportunidad.
Lo que hago normalmente es preparar mermelada, que luego utilizo para diferentes dulces durante el resto del año. La que he hecho en esta ocasión, con jengibre, se sale un poco de lo convencional ya que normalmente lo encontramos combinado con fresas que, ojo, también está deliciosa. ¿Le dais una oportunidad a esta verdura? Sí, ¿verdad?
¿Qué necesito?
450 gr de ruibarbo
450 gr de azúcar
1/2 cucharadita de jengibre rallado¿Cómo lo hago?
Para empezar lavamos bien el ruibarbo y lo picamos en trozos pequeños. Recordad que aunque es rojo por fuera, cuanto más blanco sea el centro, más dulce estará.
Lo ponemos en un bol grande y añadimos el azúcar y el jengibre. Revolvemos bien y lo dejamos reposar durante una hora u hora y media tapado para que suelte el jugo.
Pasado este tiempo, vertemos el contenido del bol en un cazo y lo ponemos a fuego medio durante unos 20 minutos.
Y eso es todo. Si queremos conservar la mermelada, hervimos unos frascos de cristal y ponemos la mermelada aún caliente dentro, los tapamos, los ponemos boca abajo y los dejamos en esta posición hasta que la mermelada esté completamente fría.
Fuente: este post proviene de Vuelta y vuelta, donde puedes consultar el contenido original.
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