Miel y 5 Cereales (en un bizcocho)

Por la tarde, el abuelo Manuel esperó en el salón a que Celia llegara para continuar la historia que habían dejado inconclusa. –Ey, abuelo ya estoy aquí! Por favor, puedes seguir contándome qué le pasó a Orfeo? Verás, Orfeo y los demás dioses lloraron tanto la muerte de Eurídice que llovió durante cuarenta días y cuarenta noches. Mientras duró la canción de Orfeo, sus párpados, y los del mundo, no conocieron el sueño. La cuadragésima noche él comprendió que no podría recuperar a su esposa cantándole al cielo. Miraba en la dirección equivocada. Para recuperarla debía descender al inframundo. Su canción era su escudo contra los demonios del más allá. La lira encandiló a Cerbero, el gigantesco perro de tres cabezas que custodiaba la puerta del inframundo. Mientras Orfeo descendía, los espíritus oyeron su canción y vertieron lágrimas secas, y recordaron lo que era respirar. Sísifo se sentó en su piedra y escuchó. Las tres Furias detuvieron las torturas y se solidarizaron con sus víctimas como por ensalmo. Por un instante Tántalo olvidó la eterna sed que lo aquejaba. Y la canción despertó la compasión de Proserpina. “Llévatela”, dijo la diosa del inframundo. Convocó al dios Mercurio para que trajera a una Eurídice que cojeaba. “Sigue a Orfeo y a su esposa”, ordenó Proserpina a Mercurio. “Devuélvelos a su mundo. Pero escucha, Orfeo, oye lo que tengo que decirte. Tu esposa volverá a vivir con una condición. Te la llevarás de mis dominios, pero no puedes mirar atrás. Si caes en esa tentación, me la quedaré para siempre”. Orfeo partió, salió del inframundo. Oyó tras él los pasos alados del dios, a veces débiles y a veces no. Confió en él y recorrió corredores tenebrosos y escarpados, túneles oscuros y senderos tortuosos. Creía que su amor le seguía. Cambió la luz. Ante él tenía la puerta. Miró hacia atrás y vio como su esposa era arrastrada de regreso al inframundo. “Un último adiós”, le oyó decir, pero el sonido de su voz llegó cuando ella ya se había esfumado. Y la perdió. –Abuelo, esta historia no tiene un final feliz, tu siempre me cuentas historias con final feliz. –Eso es fácil de arreglar. Orfeo murió, descendió al inframundo y pudo buscar a Eurídice todo el tiempo que quiso. –Por qué siempre es malo mirar atrás, abuelo? –La verdad es que no lo sé. Pero lo que sí sé, es que lo que te ha preparado la abuela para merendar te va a gustar mucho, mucho…Vamos:


MIEL Y 5 CEREALES
(en un bizcocho)

Tenía en la despensa una bolsa de copos de cinco cereales a medias y a puntito de caducar y pensé que una buena opción era esta.
Ingredientes:
115 grs de mantequilla a temperatura ambiente.
200grs de azúcar integral.
2 huevos.
½ vaso de leche evaporada.
3 c.s de miel de brezo.
1 vaina de vainilla.
210 grs de copos de 5 cereales.
1 c.c de polvo para hornear (levadura Royal)
½ c.c de bicarbonato.
1 manzana Golden picada en trocitos (menos ¼ que laminaremos para adornar).
Elaboración:
Lo primero es triturar, pero no excesivamente, los copos de los cereales hasta convertirlos en harina, (trigo, cebada, avena, centeno y arroz) para ello he utilizado la thermomix.
Batimos con ayuda de las varillas eléctricas la mantequilla con el azúcar a velocidad media durante unos 4 minutos. Bajamos la velocidad y añadimos los huevos de uno en uno. Incorporamos la miel y las semillas del interior de la vaina de vainilla. Batimos un poquito más.

Aumentamos la velocidad e incorporamos la harina junto con el polvo de hornear y el bicarbonato, que quede todo bien integrado.
Añadimos la leche, mezclamos otro poquito y ahora incorporamos la manzana troceada (menos ¼ que reservamos para cortar en finas láminas para adornar).
Removemos y vertemos en nuestro molde (20cm.)

Precalentamos el horno a 175º.
Una vez que tenemos la masa en el molde decoramos con los gajos finitos de manzana y encima de cada gajo ponemos un pizquito de mantequilla y un poquitín de azúcar. Introducimos al horno de 35 a 40 minutos.

Como lleva azúcar integral el color será más dorado que cuando el azúcar es blanco, pero el sabor es…realmente honey, honey.
Exquisita templada (sólo tendrás que meterla unos segundos en el microondas, si la quieres tomar así), pero fría está deliciosa.


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Etiquetas: bizcochos

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