Es una raíz usada como hortaliza, muy parecida a la zanahoria, que llegó a Europa antes que las patatas y ocupaba el lugar de éstas en la cocina popular.
Su color es blanquecino y tiene la parte superior redondeada, su textura es menos crujiente y carnosa. Por este motivo, también es conocida como la zanahoria blanca, apio de campo o pastinaca.
Suele cultivarse en lugares fríos durante el invierno;por eso, su consumo, junto con el de la col, estaba asociado a las dietas de la población del Norte de Europa.
Pero, debemos tener en cuenta que la chirivía tiene más propiedades nutricionales que la zanahoria y su sabor es mucho más delicado.
Se puede cocinar como la zanahoria y la patata; cociéndola y reblandeciéndola. Está deliciosa en caldos, platos de legumbres o junto con algún trozo de pollo, asada para acompañar carnes al horno, etc…
Esta hortaliza contiene: proteínas, potasio, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, fibra, vitamina B, C, E, K y ácido fólico.
Por lo tanto, algunos de los beneficios y propiedades que nos aporta esta hortaliza en nuestro organismo, son:
- Nos ayuda a adelgazar, debido a su bajo contenido calórico.
- Es diurética, por lo tanto, nos ayuda frente a problemas de hipertensión arterial y retención de líquidos, y a prevenir las arenillas y los cálculos renales.
- Nos ayuda a combatir el dolor, sobre todo las molestias reumáticas, la fiebre y las dolencias pulmonares leves.
- También nos ayuda en la acidez estomacal en las digestiones pesadas.
Debéis tener cuidado, con las hojas de la chirivía, ya que contienen una sustancia conocida como furanocoumarin, que, en contacto con la piel, produce una urticaria muy parecida a la hiedra venenosa.
Pero no os preocupéis ya que, tal y como la encontramos actualmente en los comercios, no tienen hojas.
Espero que te haya gustado este post!
Fuente: este post proviene de La maleta de Maggie, donde puedes consultar el contenido original.
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