Hasta hace poco no los había visto nunca en las tiendas donde suelo comprar pero ahora, es fácil encontrarlos entre las verduras, paquetes de tres unidades que no llegan a 1€.
Esta verdura es muy sana y digestiva, entre sus propiedades caben destacar las siguientes:
Tiene grandes propiedades antiinflamatoria.
No contiene grasas ni azucares dañinas para el organismo.
Bajo en calorías (entre 11 y 13 por cada 100gr) .
Rico en fibras.
Ayuda a eliminar líquidos y residuos del organismo.
A la hora de seleccionarlos hay que revisar que las hojas sean de color verde brillante y no tengan pequeños agujeros.
El tallo debe ser firme, nada de texturas viscosas ni demasiado blandas.
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Ingredientes:
1 pechuga de pollo
2 pak choi
1 cebolla
aceite de oliva virgen extra
1 vaso de leche
1/2 vaso de vino blanco
2 cucharadas de harina
queso ralladoPara hacer el relleno, ponemos en una sartén un poco de aceite de oliva pochamos la cebolla picadita, una vez que tome color incorporamos la carne de pollo troceada, cuando haya tomado color añadimos sal y el vino, dejamos a fuego medio hasta que se evapore el alcohol. Reservamos.
Ponemos agua con sal al fuego, cuando rompa a hervir cocemos las hojas de Pak choi un minuto, escurrimos ligeramente y reservamos.
Sobre una tabla de cortar colocamos las hojas cocidas , con la ayuda de una cuchara vamos poniendo el rellenos en cada una de ellas y las cerramos como si fueran paquetitos.
Ponemos los paquetitos en una fuente apta para el horno y reservamos.
A continuación vamos a preparar la bechamel con la que rematamos nuestro plato, para esta ocasión la vamos a preparar mas bien espesa ya que solo la vamos a utilizar para gratinar junto al queso . Ponemos un poco de aceite en una sartén, en ella tostamos un par de cucharadas de harina, , poco a poco sin dejar de mover añadimos leche. Movemos hasta que la salsa espese, rectificamos de sal.
Extendemos la salsa sobre los paquetitos de pak choi, espolvoreamos queso rallado y unos anacardos picados. Con el horno precalentado , horneamos a 200º hasta que esté dorado.
Fuente: este post proviene de Cocina para pobres, donde puedes consultar el contenido original.
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