Pan de manzana con queso viejo palentino


Hace unas semanas, vi un programa en el que hacían un pan de manzana, pero la verdad, no me quedé con las proporciones, además era un pan salado y este no era la idea que tenía en mi cabezota. Pensando, hace unos días, se me ocurrió poner en marcha esta receta y pensé hacer la como pan dulce. Quedé muy satisfecho de la textura, sabor, apariencia, , pero al ver la foto, pensé que le faltaba algo para que la receta fuera redonda. Recordé que días atrás, me había reunido con mis amig@s de Cádiz, y mi amigo Pedro me llevó a la Plaza de Abastos a probar y comprar unos quesos Palentinos. Se me encendió una bombilla y vi que era el detalle que le faltaba a la receta y la verdad, es que no erré lo más mínimo. Era el complemento perfecto a este pan delicioso.

Así que nada, a hacer este pan fantástico y decir, gracias Hermano y un beso.



250 g. de harina de fuerza

1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

1 cucharada de mantequilla

½ cucharada de sal

4 cucharadas de azúcar

15 g. de levadura prensada

1 cucharadita de ralladura de naranja

150 ml de agua. Esta cantidad depende mucho de la harina que usemos, pero como orientación es perfecta.

2 manzanas pequeñas, peladas y cortadas a trozos grandes. Da igual el tipo de manzana, usad la de temporada y más os guste.

Mezclamos la harina con la sal, el aceite, la mantequilla, la levadura, el azúcar, la ralladura y la sal. Vamos añadiendo poco a poco el agua tibia. Y seguimos mezclando. Cuando veamos que podemos amasar la mezcla, la ponemos en la encimera, la tabla o donde más te guste realizar esta operación y empezamos a darle fuerte, como unos 10 minutos. Obtendremos una masa firme pero suave. Dejaremos fermentar, hasta duplicar el volumen. Podemos colocarlo en el horno a 40ºC y tapado y nos tardará una hora aproximadamente. Recordad que los ácidos y el alcohol retardan el proceso de fermentación en nuestras queridas bacterias.



Una vez tengamos la masa al doble de su volumen inicial, mezclamos con las manzanas, que queden integradas en el interior de la masa y ponemos en moldes pequeños. A mí me dio para dos moldes. Dejamos fermentar nuevamente y que duplique el volumen. Los moldes los untaremos con mantequilla y espolvorearemos con harina antes de colocar la masa dentro.



Ponemos el horno a unos 180ºC y metemos los moldes con masa y rociamos la superficie de los mismos con agua abundante. Unos 30-35 minutos. Sacamos del horno y dejamos que enfríen antes de desmoldar.



Lo que queda es decidir que ese día lo vas a comer de postre. Cortarás unas rodajas gruesas del pan, y colocarás encima un queso viejo, picante, del que se te desmorona al morderlo. En mi caso el palentino. Ufff, postre tremendo, tremendo, tremendo.



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