¡Otra vez estoy aquí! esta vez con una receta que dejó el listón alto en los postres de mi casa. Volví de Roma con unas ganas tremendas de preparar algún plato italiano, el que fuese. Me costó ponerme, pero al final escogí la panna cotta como mi próximo reto. Esta panna cotta de chocolate blanco es la consecuencia del abuso de la vainilla con la nata (crema de leche). La vainilla es mi perdisión en la cocina así que no me corté, de aquí salió un postre con un sabor auténtico a chocolate blanco, y si no, probarlo vosotros mismos. Lo siento por la panna cotta normal, pero esto está más bueno ¡Es una delicia! y además se prepara en un pis-pas.
Necesitamos (4 - 5 raciones):
• 250 ml leche
• 250 ml nata (crema de leche)
• 5 cucharadas de azúcar (medio vaso)
• 1 cucharada de vainilla líquida
• 2 hojas y media de gelatina
• Sirope de fresa (o chocolate en su defecto) Preparación (1 cuarto de hora):
1. Ponemos en un cacharrito a remojo las láminas de gelatina.
2. En una olla calentamos la leche, la nata (crema de leche), el azúcar, la vainilla y removemos.
3. Antes de hervir añadimos las láminas de gelatina hasta que se disuelvan y seguimos removiendo.
4. Servimos en tarritos o lo que sea y dejamos enfriar en la nevera una noche. Cuando se enfríen un poco hay que taparlos para que no se les haga una capa en la superficie.5. Los flanes ya están listos para decorar con el sirope de fresa. Si hay alguien como mi hermano que solo le gusta el chocolate, pues¿por qué no? pero creedme, con fresa está muuucho mejor. También podéis poner trocitos de chocolate blanco o almendra picada. mmmm!! deliSiosos!