Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
La receta que os traigo hoy fue un auténtico descubrimiento. Me encanta el queso y más en repostería, pero tengo que reconocer que casi siempre compro los mismos así que cuando vi esta receta de Goyo del blog I Cake 4 U supe que la tenía que hacer y así probar nuevos quesos en preparaciones dulces. Este pastel nos gustó mucho en casa.
Queda un bizcocho de lo más suave que contrasta a la perfección con la acidez de los arándanos. Y es que últimamente estoy un poco obsesionada con los arándanos. En Inglaterra los comía a todas horas y aunque aquí me tengo que conformar con los congelados de vez en cuando compro una cajita de arándanos frescos para hacer preparaciones como la que os traigo hoy.
Si no encontráis arándanos frescos, o son muy caros, los podéis sustituir por congelados, pero acordaros de escurrirlos bien para que el pastel quede bien y con la textura correcta.
Ingredientes para un molde de 24 cm
120 g de mantequilla pomada
275 g de azúcar
La ralladura de dos limones
4 huevos
240 g de almendra molida
300 g de requesón
150 g de arándanos
Azúcar glas para decorar
Precalentamos el horno a 180º
Batimos la mantequilla con el azúcar.
Separamos las claras de las yemas y echamos las yemas. Las claras las reservamos para más adelante.
Incorporamos la ralladura de los dos limones y el requesón.
Añadimos la almendra molida poco a poco. Es mejor hacerlo a cucharadas para que se integre bien.
En otro bol montamos las claras a punto de nieve.
Añadimos un poco de las claras a la preparación anterior y revolvemos con movimientos envolvente intentando que las claras no se baje.
Una vez tengamos una masa homogenea añadimos el resto de las claras y volvemos a revolver con movimientos envolventes.
Por último añadimos los arándanos.
Vertemos en nuestro molde previamente engrasado y horneamos unos 60 minutos. Si vemos que nuestro pastel se tuesta demasiado lo podemos envolver con papel albal.
Dejamos enfriar por completo antes de desmoldar y decorar.
Yo ahora en un ratito me iré a trabajar, es lo "malo" de trabajar los fines de semana, los festivos también se trabaja, pero bueno no me quejo, sólo cuando veo a la gente por las redes sociales disfrutando de sus puentes jajajaja
Hasta el jueves, feliz semana.
Fuente: este post proviene de Repostería Tximeleta, donde puedes consultar el contenido original.
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