Esta semana, un plato que solo verlo es lindo y te va a levantar el ego de cocinero. Porque cualquiera puede hornear un pollo, hacerlo bien y que quede divino y rico. Hoy te traigo cómo hacerlo de forma sencilla, llevándote de la mano paso a paso. Un plus de esta receta: quedas de una vez con un acompañamiento. Además de las verduras, podrías incluir unas pastas con salsa de brócoli y queso de cabra bien rápidas, que puedes hacer en lo que se termina de asar el pollo. ¿Te suena la idea? Aquí está esa receta de pastas fáciles, que ya tiene varios fans.
Ingredientes para el pollo asado y las verduras:
Un pollo entero
Mantequilla al clima (no fría de la nevera)
Perejil u otras hierbas que te gusten
Sal
Pimienta
Cebolla
Zanahoria
Champiñones
Ajo
Cómo preparar el pollo rostizado fácilmente:
Pon a marinar el pollo: en un bol bien grande, pon el pollo con sal (un puñado pequeño), pimienta y un chorrito de vinagre. Déjalo ahí alrededor de una hora.
Pon a precalentar tu horno a 350°F/ 180°C
Organiza la bandeja en la que vas a hacer el pollo: corta en trozos grandes la cebolla, la zanahoria, los champiñones (que pueden ser también portobello, lo que tengas a mano) y el ajo. Pon los tallos del perejil enteros (reserva las hojas). Ponles un poquito de sal y haz que formen una capa homogénea en la bandeja.
Corta en trozos grandes los vegetales para el pollo al horno. Puedes variarlos e incluir los que gustes, incluso papa.
Saca tu pollo, escúrrelo bien en el lavadero para no mojar todo y ponlo sobre una tabla. Sécalo un poco con un papel en la parte de arriba.
Con cuidado, separa la piel de la carne con tus manos en la pechuga y las piernas. No quieres romperla. Mira la foto para que te sirva como guía.
Mete los dedos con cuidado, separando poco a poco la piel del pollo
En los “bolsillos” que acabas de hacer, vas a meter y esparcir trozos de mantequilla y de perejil. Esto es para que quede bien jugoso, lleno de sabor.
Luego, unta un poco más de mantequilla y sazona de forma generosa con sal, pimienta y los condimentos que se te antojen.
Unta mantequilla sobre el pollo para que se adhieran los condimentos y no se seque.
Ya estamos casi listos para poner el pollo sobre las verduras, pero antes quieres organizarlo para que no esté patiabierto y se cocine parejo. Para eso, toma los huesos de las piernas y mételos entre la piel sobrante que hay por la rabadilla. Esa no te la vas a comer luego, es pura grasa, pero en este momento te ayuda a que se sostengan las piernas sin tener que bridar el pollo. Si te interesa aprender a hacerlo, déjame un comentario y escribiré una entrada al respecto. Es bien fácil y queda más bonito que con esta forma, pero… no tenía hilo de algodón grueso.
Pasa la piel de la rabadilla sobre la punta de las piernas para sostenerlas en su lugar
Ahora sí, pollo sobre las verduras, cuidando de no quitarle los condimentos de arriba, y al horno. Calcúlale entre 1:30 y 2:00, según el tamaño.
Si tienes un termómetro de carne, clávaselo de forma que quede profundo en una pierna (la pechuga siempre está lista antes) pero que no toque el hueso. Estará listo cuando llegue al dibujito de la gallina, lo que indique “ave”, “poultry” o algo similar. Todos los termómetros te indican en qué punto.
Si no tienes un termómetro de carne, para saber si está listo clávale algo punzante (un cuchillo delgado, un palillo de metal) en un pernil, por la parte que está cerca de la pechuga. Va a salir un líquido: quieres que sea completamente transparente: si sale rosa, está crudo. Déjalo otros 15-30 minutos y ensaya de nuevo.
Cuando esté listo tu pollo asado, sácalo y déjalo reposar unos cinco-diez minutos en una tabla. Esto va a ayudar a que se asiente un poco la carne y suelte menos jugos cuando la cortes. Aprovecha para servir la pasta y las verduras con que se asó el pollo. Como gran parte de la grasa del pollo y la mantequilla que le pusiste pasaron a las verduras, sírvelas con una cuchara que tenga huecos (como las de pasta) para evitar servir todo el aceite, y velas escurriendo poco a poco. Vas a ver que están dulces y suaves por el tiempo en el horno.
¿Te sobró un poco de tu pollo al horno?
¡No te preocupes! Parte de la delicia de las sobras es que siempre pueden reinventarse. Es justo la razón por la que, con Fer, hicimos este pollote aunque solo éramos dos. Puedes comerlo por piezas al día siguiente, pero mi recomendación sería deshebrarlo o desmecharlo y de ahí:
Hacer un molde de pasta buenísimo
Preparar unos sánduches con chipotle increíbles
Usar los huesos para hacer el caldo de una sopa con verduras
Preparar una ensalada para llevar al trabajo o la universidad (aquí hay tres buenas ideas. Solo reemplaza la proteína de cualquiera por tu pollo).
Por último, ¡una gran pregunta para ti! ¿Qué te gustaría ver en el blog? ¿Qué quieres aprender a hacer y a cocinar? ¡Deja un comentario!
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