ROSCOS DE VINO



      Si hay algo que me gusta en éste mundo, es COMERME UN ROSCO.

     Y si hay algo bueno que te da los años es experiencia. Nada que ver el ansia con que uno se comía los roscos cuando era joven, que uno te duraba 10 segundos y de una atacada caían 3. Ahora no, ahora todo es más pausado, disfruto del momento, de los preliminares, ya uno se enfrenta al acto sin miedo, metiendo las manos en la masa sin dudar, con decisión, como debe ser, manoseando, dándole que te pego, relajaito, sin prisas, hasta que la cosa esté en su punto. En ese preciso momento, no antes, es cuando sacas el rodillo (aquí el tamaño importa, el mío es gordo y grande) y empiezas palante y patrás, de un lao a otro, sin prisa pero sin pausa, y cuando ya tienes el terreno allanao, ohhh, sorpresa, sacas otro aparatito y empiezas a dar pellizcos por aquí y por allá, (éste paso me vuelve loco). Y ahora llega el gran momento, el de abrir el agujerito, (esto puedes hacerlo con los dedos, pero queda mu vulgar), yo lo abro con otro aparatito que va fenomenal, ya veréis....jijiji, y ahora sí, la gran traca, el momento del calentón final para terminar con el polvo. Yo no me conformo con echarlo por encima, de eso nada, yo lo rebozo entero cuando está calentito y fruto de todo este proceso, nace uno de mis dulces favoritos, EL ROSCO DE VINO.



INGREDIENTES:

500 grs. de harina de repostería.

125 grs. de azúcar.

200 ml. de aceite de oliva virgen.

125 ml. de vino dulce o moscatel.

2 cucharadas de sésamo.

1 cucharada de anís dulce.

Ralladura de un limón.

1 cucharadita de canela en polvo.

Azúcar glass.

ELABORACIÓN:

En primer lugar freimos el aceite de oliva en un cazo hasta que empiece a humear, en ese momento apartamos del fuego y reservamos.

En un bol vertemos la harina, hacemos un hueco y añadimos el aceite que ya estará frío, removiendo bien con una cuchara de madera.

Añadimos el vino dulce o moscatel, la cucharada de anís, el azúcar, las semillas de sésamo, la canela y la ralladura del limón y lo mezclamos bien hasta obtener una masa compacta.

Vertemos la masa sobre la superficie de trabajo y amasamos con las manos hasta que se integren bien todos los ingredientes.

Acto seguido, estiramos la masa con un rodillo dejándola de un centímetro de grosor.

Con un cortapastas vamos cortando los roscos y con un descorazonador de manzana vamos haciendole el agujerito a los mismos.

Vamos colocando los roscos sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal.

Introducimos los roscos en el horno precalentado a 180º durante unos 20-25 min., hasta que estén dorados.

Los sacamos y seguidamente lo rebozamos en azúcar glass, con ésto conseguimos que el azúcar se deshaga ligeramente quedando ese aspecto tan apetecible que tanto me gusta.



     Con ésta receta me despido hasta el año que viene, deseando a todos y cada uno de los que pasais por aquí unas muy felices fiestas. Nos vemos a la vuelta.

No te pierdas las PRÓXIMAS ENTRADAS. Suscríbete sólo introduciendo tu correo