Es una receta muy sencilla; pero lleva mucho tiempo de levado, entonces la cosa es hacer la masa y olvidarte dos horas. Volver a amasar un momento y estirar para cortar las rosquillas y volverte a olvidar tres horas más. Tienen que quedar como las que veis en las imágenes, triplican su volumen, para solo ya acabar friéndolas, se doran rápido, así que hay que tener cuidado. Yo las empecé a las once de la mañana y a la una ya había doblado su volumen. Las corté y a las cinco ya estaban listas para merendar.
Os cuento que haciendo esta fotografía inferior, me reí un montón, pues ya no sabía que hacer con las rosquillas y se me ocurrió ponerlas en plan torre y aguantaron lo justo hasta que vi llegar a nuestra Bimba relamiéndose y de mis nervios se cayeron todas de golpe. No las cató, menos mal.
Por dentro quedan muy blanditas
Bueno, empezamos que me enrollo mucho. Lo único que modifiqué en la receta original ha sido la cantidad de levadura, no mucho, solo le quité 3 gramos y les añadí 10 gramos más de mantequilla.
En esta imagen inferior se ve cuando ya han pasado dos horas levando y siempre en recipiente de plástico, misterio a resolver. Levan mejor en plástico.
Ahora os explico este paso. Cuando ya tenemos la masa lista después del primer levado, la estiramos y cortamos las rosquillas italianas. Para hacerles el agujero del centro utilicé una boquilla Wilson; pero puede servir cualquier cosa que tengáis a mano. Mirad lo finas que son (medio centímetro aproximadamente) y después en el segundo levado, suben y suben hasta convertirse en estas imágenes inferiores.
Ingredientes
320 gramos de harina
200 gramos de Harina de fuerza
100 cc. de Leche (temperatura ambiente)
2 Huevos medianos
12 gramos de Levadra fresca
6 cucharadas soperas de azúcar
80 gramos de mantequilla (previamente ablandada)
La piel rallada de una naranja
Una pizca de sal fina
Aceite de girasol para freírlas
Azúcar para rebozarlas nada más sacarlas del aceite
Preparación
Esto es lo más sencillo. En un recipiente grande o en una procesadora se echan los siguientes ingredientes, todos juntos:
La leche, huevos, azúcar y la levadura fresca y la ralladura de la naranja. Se revuelve bien y que quede todo bien mezclado.
Ahora, echamos la mantequilla blanda y los dos tipos de harina con la pizca de sal.
Amasamos bien y dejamos reposar dos horas para el primer levado, en un sitio sin frío, normalmente utilizo el horno para que esté a buen recaudo y leve sin problema y tapando el recipiente con un paño de cocina limpio o un paño de algodón.
Pasado este tiempo se estira la masa y se cortan las rosquillas, haciendo un agujero central con algo pequeño o con una boquilla de manga pastelera, por ejemplo.
Se colocan encima de un papel de horno y van al segundo levado de tres horas. Tiene que quedar como las mías, de una masa que parece una galleta a convertirse en algo alto y blandito.
Se fríen en aceite de girasol, con fuego medio, pues se nos pueden quemar.
Al lado justo de la sartén, poner un recipiente con azúcar para irlas sacando del aceite y rebozando. Se tiene que hacer en caliente porque sino no cogen el azúcar.
Para hacerlas al horno se pintan con leche y van a horno caliente a 190 grados hasta que estén doradas. Se les podría poner azúcar glas por encima. O nada.
Nada más. Listas estas belle chiambelle morbidissime (blandísimas).
Si os animáis a prepararlas me tenéis que contar cómo os han quedado.
Sed felices y probad hacer cosas caseras y ricas.
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