No suelo ser muy imaginativa a la hora de poner nombre. Y menos a la comida. Además tiendo a huir de anglicismos y eufemismos cuando ya existen palabras para describir algo si ya tenemos una palabra en nuestro bonito idioma que se entiende perfectamente. Pero hoy me he despertado creativa y he decidido bautizar así a esta macedonia. Por que si, por muy bonita que la ponga y por mucho que le cambie el nombre, es una macedonia. Me encanta la fruta, así que las suelo preparar a menudo para merendar. Una merienda mucho más sana que ponernos a picar bollería industrial, chocolate o cualquier otra cosa que pillemos por el armario. Yo no soy de las que echa a la macedonia lo primero que pille por el frutero (bueeeno, a veces si). Por lo general tengo en cuenta el tipo de fruta que voy a utilizar, porque no todas combinan bien entre si. Esta lleva varias de mis frutas favoritas. ¡Entre ellas, fresas! Al empezar la primavera prometí que pondría unas cuantas recetas utilizando esta fruta. No he publicado tanto como quisiera, pero aún tengo cosas que he hecho pero no he tenido tiempo de publicar. De momento os dejo con esta sencilla, rica y sana receta
Ingredientes (1 persona)
El zumo de 1 naranja
4 fresas
½ mango
1 rodaja de piña
2g de agar agar (la puntita de la cuchara)
En esta ocasión he querido utilizar agar agar en vez de gelatina, pero se puede utilizar cualquiera de las dos indistintamente.
Mezclar el agar agar con el zumo de naranja. Poner el zumo al fuego y llevar a ebullición. En cuanto empiece a hervir, retirar del fuego y remover. Poner en un cuenco y esperar a que se solidifique, formando una gelatina
Trocear la piña. Lo normal es quitar el corazón. Yo se lo dejo porque es la parte donde se concentran más nutrientes. Pero también es la menos dulce, así que lo dejo a gusto de cada uno. Poner en un bol
Cortar longitudinalmente el mango en dos partes. Separar con cuidado la pulpa de una de las mitades de la semilla. Cortar en dados y repartir por encima de la piña.
Lavar y cortar las fresas y repartir por encima del mango.
Romper la gelatina con un tenedor y repartir por encima de la fruta
¡A disfrutar!
Fuente: este post proviene de Con las manos en la masa, donde puedes consultar el contenido original.
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