Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
La tarta que os traigo hoy he dudado mucho si la publicaba o no, pero al final me he fiado de mis padres y de sus gustos.
Esta tarta la hice para el día del padre y mi idea era comerla en la cena ya que yo trabajaba ese domingo de tarde y no me quería ir a la tienda recién comida, mi idea era decirles a mis abuelos que subieran a cenar y así comer todos la tarta, pero no se lo dije a mi madre y ella les invitó a comer. Es por esto que la tarta no reposó el tiempo que necesitaba y yo apenas la probé, bueno comí un trocito y me gustó bastante, pero luego cuando comí otro trozo al día siguiente no me gustó mucho cómo se había quedado, la crema tenía una textura rara. Para el bizcocho usé otra receta diferente a la mía y tampoco me gustó la textura que tenía aunque de sabor tenía buena pinta.
Ya veis que con todos estas cosas tenía tantas dudas si publicarla o no, pero en mi familia a gustado mucho y mis padres, sobretodo mi padre, no tienen problema en decirme si algo no está bien, no me endulzan nada. Eso sí la receta que os voy a poner es la mía del bizcocho genovés, no la que he usado, que la mía siempre me sale bien. Esta tarta es una tarta un poco laboriosa, pero no es para nada difícil de hacer. Yo usé un molde de bizcocho de 24 cm para montarla, pero os recomiendo que uséis un aro más pequeño así no sobrará tanta tarta.
500 g de fresas (yo usé fresones para la parte de fuera y fresas de Lanzarote que son más pequeñitas para el interior).
Ingredientes crema muselina
600 ml leche
5 yemas
145 g de azúcar (72 g + 73 g)
35 g de harina de arroz
35 g de maizena
330 g de mantequilla (180 g fría + 150 g pomada)
Ponemos la leche, 72 g de azúcar y una pizca de sal en un cazo. Calentamos hasta que rompa a hervir.
Mientras batimos las yemas con el resto del azúcar.
Incorporamos las dos harinas y revolvemos bien.
Vertemos la leche caliente y batimos hasta que se integre.
Volvemos a poner la mezcla en el cazo y cocinamos a fuego medio hasta que espese sin dejar de revolver.
Cocinamos 2 minutos más para que no se quede sabor a harina.
Retiramos del fuego y añadimos la mantequilla fría y revolvemos con una espátula hasta que se deshaga.
Ponemos en un bol cubierta en papel film y dejamos reposar toda la noche en la nevera.
Al día siguiente sacamos la mantequilla y la crema para que estén las dos a la misma temperatura, a temperatura ambiente.
Ingredientes del almíbar
50 ml de agua
50 g de azúcar
Ponemos en un cazo el agua y el azúcar y llevamos a ebullición. Retiramos del fuego y reservamos.
Ingredientes bizcocho genovés
120 g de azúcar
4 huevos
120 g de harina
Una pizca de sal
Precalentamos el horno a 180º
Batimos los huevos junto al azúcar unos 8 minutos, hasta que triplique el volumen para que cojan suficiente aire.
Añadimos la harina junto a la sal y revolvemos con una espátula con cuidado de que los huevos no se bajen.
Vertemos en una bandeja de horno y horneamos 10 minutos.
Dejamos enfriar 5 minutos y tapamos con un trapo para que no se seque.
Montaje
En la batidora ponemos la crema con la mantequilla a temperatura ambiente y batimos 8 minutos.
Quitamos los rabitos a las fresas y las fresas grandes las cortamos por la mitad longitudinalmente, las pequeñas las cortamos en trocitos pequeños. Es importante que las fresas que vayan en el exterior sean más o menos del mismo tamaño.
Cortamos dos círculos con nuestro aro que nos servirán de base y de tapa.
Forramos con papel vegetal o papel film el aro para que se más fácil desmontar la tarta.
Colocamos la base del bizcocho sobre un plato o una base de tarta y lo mojamos con el almíbar.
Ponemos un poco de crema y extendemos por toda la base.
Colocamos las fresas por todo el borde intentando que queden pegadas entre sí.
Añadimos un poco más de crema y el resto de las fresas troceadas.
Incorporamos el resto de la crema y repartimos para que nos quede una superficie igual.
Mojamos con el almíbar el otro bizcocho y ponemos encima.
Envolvemos toda la tarta con papel film y dejamos reposar en la nevera por lo menos 4 horas, aunque yo os recomiendo toda la noche.
Desmoldamos y decoramos.
En teoría esta tarta lleva una capa de mazapan por encima, pero yo opté por no prepararla. También la he visto con gelatina.
Esta tarta es típica de Francia y aunque es un poco laboriosa no es difícil de preparar y queda de lo más vistosa. Seguro que en casa la repito pronto para quitarme la espinita, pero eso sí con un anillo más pequeño.
Feliz semana :)
Fuente: este post proviene de Repostería Tximeleta, donde puedes consultar el contenido original.
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