Y no hago más que oir y leer que “qué bien la vuelta a la rutina, que ya lo necesitaba, qué descanso los niños al colegio otra vez,…”
Oiga, seré rara, pero yo ganitas de reencontrarme con mi querida rutina diaria, pues la verdad sea dicha, es que ninguna. Y en mi casa ninguno de los tres vaya.
Hemos disfrutado mucho con la familia, los tres desconectando en el pueblo y yo con mi hija todo el día pues como que no me canso (aunque haya momentos en que me saque de quicio, por supuesto, como buena e inquieta niña que es).
Y para seguir contra corriente en esta semana de rutinas y “detox” post navideños, pues en el segundo tema de moda en estos días, también voy a ir a mi aire.
Es la semana de las dietas, para perder los kilos ganados con los excesos de las Navidades y los detox, tan de moda y tan cool últimamente, para limpiar nuestro organismo y eliminar toxinas.
Con las primeras intentamos mentalizarnos de comer cosas que no nos apetecen y pasar hambre durante unas semanas, meses, o un día, pecamos y volvemos a empezar el lunes que viene, ja,ja,ja,…
Y con los segundos, para pasarnos una semana a base de zumos verdes con frutas y hortalizas, que a mí sólo con pensarlo ya me genera hambre y ansiedad.
En casa no ha habido grandes excesos navideños, si que hemos comido algo más en días puntuales y algún dulce, pero más bien poco, y el resto hemos comido como siempre.
Y ahí es donde creo que está la clave, en comer bien todos los días, y entonces, porque un día nos pasemos más de la cuenta pues no nos van a hacer falta grandes esfuerzos posteriores para recuperar ni kilos ni salud, porque si comemos sano y saludable a diario, un exceso puntual casi ni lo vamos a notar.
Al final es acostumbrarnos a comer casi a lo que la mayoría de la gente piensa que es comer de dieta:
– mucha verdura y fruta
– todo a la plancha
– poca grasa y poquísimo frito
– más legumbres, menos hidratos
– introducir los zumos “detox” como algo habitual en nuestra alimentación diaria, y es que no vienen a ser más que otra forma de tomar fruta y verdura en forma de zumo – batido y que, aunque parezca ahora tan de moda, ya se viene haciendo desde hace tiempo, o ¿no tomáis batidos de frutas y hortalizas? Seguro qué sí, ¿quien no se ha hecho el famoso zumo de naranja y zanahoria? Pues simplemente es tomarlos a diario y nos ayuda a introducir en nuestra alimentación más raciones de frutas y hortalizas de una forma diferente y conseguir alcanzar las ya recomendadas cinco raciones al día, que a veces parece tan difícil conseguir.
Yo la verdad que estoy acostumbrada desde bien pequeña en casa de mis padres a comer de esta forma.
Pablo hizo dieta hace un par de años y lo que ha hecho es conseguir modificar sus hábitos y comer de esta manera.
Y de verdad que no es difícil, la dieta mediterránea es perfecta, y sólo hay que comer variado y no abusar en exceso de lo que ya todos sabemos que no se puede, aunque sea lo que más nos entre por los ojos y nos pida el cuerpo, ja,ja,ja,…
Muy útil ayudarnos de buenas y atractivas presentaciones en cuanto a colorido y emplatado.
No es sólo bueno para tener la foto perfecta en Pinterest e Instagram, sino porque, como se ha dicho siempre, comemos por los ojos.
Mirad que sencillas y sanas estas brochetas de pollo y piña. ¿Y a que no se ven igual que la pechuga a la plancha y la piña de postre?
Porque no es lo mismo un triste filete a la plancha, sólo y abandonado en medio de un plato que sobra por todo alrededor, que ponerlo juntito a una ensalada, colorida y variada, y/o unas patatitas hervidas pero aliñadas con hierbas, vinagre, que le dan el toque de color y sabor; unos pimientitos asados que podemos aliñar con cebollita y atún. Un sinfín de posibilidades vamos.
¿Y quién dijo que la hamburguesa no es sana? Es pan, un cereal; carne, proteínas; y verduras. Ahora bien, lo suyo, la hamburguesa casera (ella entera y la carne me refiero), no abusar de salsas industriales y en vez de patatas fritas (que tampoco son malas de vez en cuando, como todo, lo malo está en abusar, en los excesos) pues una ensalada como esta coleslaw.
¿O un sandwhich? Pues depende de lo que le echemos dentro, con tomate, aguacate y pechuga de pavo pues de lo más saludable.
¿Y una lasaña? Pues si la hacemos con verdura es mucho más sana.
Y cómo os decía, que hoy me he enrollado bien, mi segunda nota discordante de la semana, aquí vengo yo con una receta bien contundente y que todavía no tengo muy claro cómo bautizarla (si se os ocurre algún otro nombre más apropiado, será bien recibido).
Ingredientes (por cada hamburguer sandwich):
• 7 lonchas de bacon ahumado, que sea bueno, de la carnicería, no envasado, las lonchas lo más largas posibles y un poco gorditas (las envasadas, además de más aditivos, son muy finas y se rompen.
• 2 rebanadas de pan de molde. En mi caso pan sin gluten Proceli, gracias a la Quebox de Qué puedo comer.
• 1 hamburguesa casera (receta)
• 1 huevo
• Una loncha de queso havarti. En mi caso le puse uno de cabra que no tiene lactosa.
• Unas hojas de lechuga.
• Dos rodajas de tomate.
• Unas patatas fritas (opcionales, yo no se las eché).
• AOVE (aceite de oliva virgen extra), para ir engrasando la plancha con unas gotitas sólo.
Elaboración:
Es conveniente tener todos los ingredientes preparados antes de ponernos al fuego, para que el proceso sea más rápido, ya que es muy sencillo pero lleva un poquito de tiempo.
Lavamos la lechuga y cortamos el tomate.
En un plato colocamos las siete lonchas de bacon como véis en la foto.
En una plancha o sartén tostamos las rebandas de pan.
Colocamos una sobre el bacon en el centro y reservamos la otra.
Sellamos la hamurguesa vuelta y vuelta en la sartén y la colocamos sobre la rebanada de pan.
Ponemos la loncha de queso encima.
Hacemos el huevo a la plancha, la yema tiene que quedar hechita para que luego nos se salga, y lo colocamos sobre el queso.
Encima ponemos las patatas fritas, el tomate, la lechuga y tapamos con la rebanada de pan que teníamos reservada.
Vamos cerrando con las lonchas de bacon como veis en la siguiente foto.
Nos llevamos nuestras hamburguesas, sandwich o lo que sean, a la plancha.
Les damos unas vueltas con cuidado que no se nos desmoronen.
¡Et voilá!
Nuevo experimento de mi maestro pizzero favorito y su compañero de fatigas superado.