Tiramisú a la catalana

Tiramisú con moscatel


Aviso a italianos e italianas que visitan este blog: esta entrada puede tener contenido por el cual quizá me vais a querer colgar del palo más alto. Espero que nadie se ofenda, pues hablo por mi experiencia personal, que es muy poquita ;)

Pero tengo que confesar de entrada 2 cosas respecto al tiramisú. Bueno tres. Pero la tercera no va a sorprender a nadie y además creo que es compartida por el 99,9% de la población del planeta.

La tercera de mis confesiones es que me encanta, me apasiona, ADORO el tiramisú. ¿Verdad que a vosotros también os chifla? Esta es mi confesión inofensiva.

Las otras dos, por las que espero que nadie me apedree son las siguientes:

1. Que el mejor tiramisú del mundo mundial lo hace alguien que no es italiano y lo prepara fuera de Italia. Este “alguien” es mi hermana Olga y de verdad os digo que su tiramisú debería ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Esta  historia es verídica: en una cena de fin de año que preparamos en casa de mi padre, ya hace muchos años, ella se ofreció a traer el postre. Éste, como no podía ser de otra manera, era tiramisú. Como nos juntábamos alrededor de 20 personas a cenar (cosas de tener una familia enorme) trajo 4 o 5 moldes con tiramisú que cada uno pesaría casi un kilo. Vi a gente repetir y “tripitir” a pesar de haber comido mucho durante la cena. Mientras servíamos los platos de tiramisú en la cocina para llevarlos a la mesa íbamos rebañando los moldes terminados directamente con las manos, con una gula que pocas veces he experimentado. Por lo que más quieras: ¡pásame la receta, es una necesidad! :D

Tiramisú con moscatel
 
Tiramisú con moscatel


2. Segunda confesión políticamente incorrecta de hoy: no me queda claro qué licor lleva el tiramisú auténtico. He encontrado recetas de tiramisú “auténticamente italiano” con Amaretto y otras que te venden lo mismo con vino Marsala. El Amaretto es un licor que combina el sabor de los huesos de albaricoque con las almendras… bueno, y según la Wikipedia, “lleva alcohol puro, azúcar caramelizado y la esencia de 17 (¡diecisiete!) plantas y frutas aromáticas entre las que destaca de forma especial la vainilla, aunque tiene también melocotón (durazno) y cereza”. El vino Marsala es eso: un vino, que poco tiene que ver con el licor con frutas y hierbas aromáticas por muy vino dulce que sea. Ante esta primera contrariedad ¿cuál fue mi decisión? Pues ni Marsala ni Amaretto. Decidí darle el toque catalán y preparar el tiramisú con vino Moscatel. Concretamente con Floralis – Moscatel Oro de Bodegas Torres, que se elabora en la bodega de Pacs del Penedès. Espero que me perdonaréis el sacrilegio, pero tengo que decir que están para chuparse los dedos tanto el tiramisú hecho con este vino como el vino en un vasito acompañando el tiramisú o acompañándose a sí mismo (a pelo). Esta “herejía” no creo que esté al nivel de poner maíz o chorizo en la paella, pero sé que hay personas muy suyas con el tema de las recetas tradicionales.

Tiramisú con moscatel


Hace muchos años, la segunda vez que estuve en Venecia, me pedí de postre un tiramisú en un restaurante y me pareció terrible. A mi que me gusta el café solo, me costó comerme algo con sabor tan extremadamente amargo. Seguramente mis expectativas eran altas por aquello de estar en la cuna de este postre o realmente la receta original es con un sabor muy amargo, pero si hubiera sido la primera vez que probaba este postre, seguramente también habría sido la última.

La receta de éste que traigo hoy es equilibrada tanto en el punto del café como del vino dulce. La crema queda super espumosa y los bizcochos se deshacen en la boca. Equilibrio perfecto.

Ingredientes para el tiramisú


Tiramisú con Moscatel (para 6-8 porciones)

120 grs. de bizcochos savoiardi

250 grs. de mascarpone

2 huevos

100 ml de café fuerte

60 ml de vino moscatel

125 ml de agua

40 grs. de azúcar glas

cacao puro en polvo
Preparación

1. Mezclamos el café con el vino dulce.

2. Separamos las claras de los huevos. Preparamos un almíbar para hacer un merengue italiano. Para ello hervimos el agua con el azúcar hasta que alcance los 120º. Incorporamos el almíbar en hilo a las claras mientras batimos a velocidad media hasta que se hayan montado a punto de nieve. Veremos que queda un merengue muy consistente.

3. Mezclamos las yemas de huevo con el queso mascarpone batido. Luego añadimos las claras y las mezclamos con movimientos envolventes. Ponemos esta crema en una manga pastelera con boquilla redonda de 1 cm, que nos servirá para hacer las decoración superior.

4. En una bandeja de 20 cms. ponemos una capa de bizcochos. Los empapamos con la mezcla de café y vino.

5. Hacemos una buena capa de la crema de mascarpone. Empapamos el resto de bizcochos con el café y hacemos otra capa sobre la crema de mascarpone

6. Para finalizar hacemos la última capa de mascarpone: con la manga en vertical vamos haciendo pequeños montoncitos con la crema, uno al lado del otro bien pegados. Cuando tengamos todo el piso superior cubierto espolvoreamos cacao en polvo.

Si dejamos reposar este postre al menos un par de horas en la nevera seguro que lo disfrutaremos mucho más. Los bizcochos quedarán bien tiernos y empapados en el café, la crema cogerá más consistencia y todo él estará muy fresquito… ¡Espectacular!

Tiramisú con moscatel


Estoy segura de que vosotros también tenéis vuestra receta estrella de tiramisú. Incluso es posible que os hayáis atrevido con variaciones tipo el tiramisú de te verde, del que también soy muy fan.

Si aún no la tenéis, ésta es vuestra receta. Es tremendamente fácil -lo único es que hace falta un termómetro para acertar el punto del almíbar para el merengue- y el sabor es espectacular.



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