La remolacha es un alimento procedente de las costas del norte de África, Asia y Europa.
Esta hortaliza tiene una gran cantidad de propiedades, que nos ayudan a mantener nuestro organismo sano.
Contiene ácido fólico, vitamina A y C y antioxidantes. Es un alimento muy saludable del que no deberíamos prescindir, ya que es muy energético y nos ayudará a depurar la sangre y hacer frente a la anemia.
Las hojas del cuello de la remolacha son una fuente excelente de vitamina A y las raíces (remolacha) son una buena fuente de vitamina C.
Son ricas en folato, que nos ayuda a prevenir enfermedades cardíacas y anemia. También contienen un alto contenido en fibra, tanto soluble como insoluble.
La fibra soluble, mantiene los niveles de azúcar en la sangre y colesterol controlados; mientras que la fibra insoluble, mantienen el tracto intestinal trabajando correctamente.
Contiene un moderado contenido calórico, pues después de su contenido en agua, los hidratos de carbono, son uno de sus componentes más abundantes, esto hace que la remolacha sea una de las hortalizas más ricas en azúcares.
Gracias a sus contenidos laxantes, ayuda a combatir el estreñimiento; también es un buen remedio para mejorar la función hepática y para las infecciones en la vejiga urinaria.
Posee folatos, que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos y en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos en el sistema inmunológico.
Su contenido en vitamina B2 o riboflavina se relaciona con la producción de anticuerpos y glóbulos rojos y colabora en la producción de energía y en el mantenimiento del tejido epitelial de las mucosas. La niacina y la vitamina B3, colabora en el funcionamiento del sistema digestivo, la piel, el sistema nervioso. La vitamina B6 ayuda en el metabolismo celular y en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Esta hortaliza contiene pigmentos, conocidos como antocianinas, que tienen una acción antioxidante, y que le dan este color tan característico. Estas sustancias antioxidantes, bloquean el efecto nocivo de los radicales libres, que alteran el conocido “colesterol malo”, con el que se reduce el riesgo cardiovascular y cerebrovascular.
No obstante, hay personas que tienen una tendencia a formar cálculos renales de oxalato de calcio, motivo por el que se debe evitar un consumo excesivo de este alimento.
También contiene propiedades depurativas, que estimulan las funciones hepáticas, intestinales y renales, favoreciendo la expulsión de toxinas.
Este alimento, es muy beneficioso en caso de hipertensión, hiperuricemia, gota y cálculos renales, retención de líquidos y oliguria.
Esta hortaliza es rica en vitamina A, C, y E y además, contiene potentes antioxidantes y flavonoides, pigmentos vegetales que protegen el organismo.
Contiene ácido fólico en dosis elevadas, por lo que resulta perfecta para prevenir enfermedades cardiovasculares, como, el infarto de miocardio, pues mejora la circulación sanguínea y aumenta la producción de glóbulos rojos. Os aconsejamos tomarla cruda para aprovechar mejor todas sus vitaminas, que podrían perderse con la cocción.
Tienen una elevada composición de agua y muy baja en calorías, esto hace que sea imprescindible en una dieta de adelgazamiento.
Además, la remolacha participa en la producción de dopamina, una hormona que regula y previene el mal humor y los estados depresivos.
Como ves, la remolacha es una de las hortalizas que tiene muchas repercusiones en nuestra salud. ¡No lo dudes! Inclúyela en tus ensaladas.
No obstante, si cruda te sienta mal, puedes consumirla cocida; pero debes tener en cuenta que, para preservar al máximo sus nutrientes, debes hervirla entera y después, una vez esté cocinada, puedes pelarla y trocearla. El caldo resultante de su cocción es rico en potasio, un mineral que ayuda a bajar la tensión arterial, por lo que…¡¡no lo tires!!
¡Espero que os haya gustado el post!
Fuente: este post proviene de La maleta de Maggie, donde puedes consultar el contenido original.
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