El dulce de la Semana Santa por excelencia. De origen francés, pero nos hemos apropiado de este postre como si lo hubiésemos inventado nosotros.
Yo confieso que son mi postre predilecto cuando me sobra algo de pan, así que las comemos varias veces al año. Son tan fáciles de hacer que merece la pena aprovechar el pan que no hayamos comido y darnos un capricho para desayunar o merendar.
INGREDIENTES:
Pan.
Leche.
Huevos.
Azúcar.
Aceite de oliva virgen extra.
ELABORACIÓN:
Cortamos el pan en rebanadas.
En un plato hondo ponemos la leche y remojamos el pan en ella. Según el tipo de pan lo remojaremos más o menos. Si es pan del día será suficiente con hacerlo vuelta y vuelta, para que no se rompa.
En otro plato hondo cascamos los huevos y los batimos.
Pasamosel pan remojado por los huevos y lo freímos en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén doradaspor los dos lados.
Las ponemos en un plato cubierto con papel de cocina que absorba el aceite sobrante y espolvoreamos azúcar sobre ellas (o azúcar y canela, azúcar y unas ralladuras de limón...).