El pasado verano, si ese del que no he puesto absolutamente nada, fuimos a pescar en la barquita de mis padres. Bueno, en realidad fuimos a que mi marido hiciera esquí acuático, pero mejor no tocar el tema porque todavía me troncho. El caso es que mi hermana pescó un calamar.
Tendríais que ver lo bonitos que son nada más sacarlos del agua! Son prácticamente transparentes, nada más sacarlos del agua, sueltan un "chifletazo" de tinta, que más de una vez ha puesto a mi hermana perdida, y a continuación empiezan a cambiar de color. Se vuelven blancos pero luego les van saliendo manchitas de colores. Ahora marroncitas, ahora verdosas. Gorka estaba alucinado, le decíamos que el calamar se estaba muriendo porque estaba fuera del agua y decía: Ya, pero tieta, me lo vas a dar para que me lo coma yo, no??? Hay que ver lo sufrido que es este niño!!!! jajaja. Pero se salió con la suya y el calamar vino para casa, y aquí os lo dejo.
Ingredientes:
1 careta de cerdo
1 calamar recién pescado
Preparación:
Lo fundamental es limpiar bien de pelos la careta. Lo mejor es usar un soplete y quemarlos.
También tenemos que limpiar el calamar.
A continuación cortamos la careta a trozos medianitos. Ponemos a calentar bastante aceite en una sartén y freímos la careta hasta que esté doradita y crujiente, pero sin pasaros! Lo ponéis sobre un papel absorbente y le echáis la sal por encima.
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El calamar lo ponéis a la plancha y dejáis que se haga. Con sólo echarle un chorrito de buen aceite por encima, nada más sacarlo de la plancha, es suficiente para que se os haga la boca agua!!!!
Notas:
Me parece que le pasa a todo quisque. Llega el viernes y... que cenamos? pizza, frankfurt, pan con tomate y embutidos, nachos, etc. Pues esta es otra opción. Eso si, altamente calórica!
Por cierto, sería un aperitivo, de sábado o domingo, perfecto!!!!
Fuente: este post proviene de La Flor del Melocotón, donde puedes consultar el contenido original.
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