¡Ya llegan! ¡Roscón de Reyes!

¡Ya queda muy poco para la llegada de SS.MM. Los Reyes Magos! Pero una de las mejores cosas de ese día es sin duda el preciado y delicioso Roscón de Reyes. No me había atrevido a hacerlo hasta ayer y la verdad es que me ha encantado el resultado por lo que no creo que sea la última vez que lo hago. ¡Ya veréis qué receta más sencilla!



El año pasado por estas fechas estaba haciendo el cursillo de monitor de tiempo libre y un día una de mis compañeras, Laura, nos trajo un Roscón de Reyes que estaba buenísimo. Como era de esperar le pedí la receta. Y aquí estoy, un año después mostrando el resultado de una receta que he guardado como oro en paño. La receta es de su madre, de Inés Ibáñez, y la verdad es que es una auténtica maravilla, ya no solo por el resultado, sino porque es muy fácil de hacer.



Aprovechando que iba a hacer Roscón me puse a mirar recetas en diferentes fuentes y blogs y algunas me parecían demasiado complicadas. Parecía más fácil hacer la Sagrada Familia con palillos que el Roscón de Reyes (guiño a mi amiga Itziar, que le hubiese encantado recibir ese edificio hecho de mondadientes). Así que cuando miraba la receta de Inés no me podía creer que la suya fuese tan sencilla.



Pero realmente lo era. Y el resultado es, como veis, fantástico. No me he tenido que comer mucho la cabeza con tiempos y temperaturas. Menos mal, porque soy muy impaciente. Sí que tiene sus tiempos de levado y reposo, pero es normal, al final buscamos un bollo esponjoso.

Yo me he decantado por el relleno tradicional: la nata (crema de leche), pero podéis optar por la trufa o la crema pastelera. Seguro que están fantásticos de todas las formas posibles.

¡Uuuuuuuuuuh, mirad qué asoma por ahí! "¡Paga, paga, paga, paga!"Y ante un postre tan tradicional no podía faltar una de las grandes tradiciones: el haba. Bueno, en mi caso alubia, que no tenía habas. Ya sabéis que el que se encuentra el haba paga el Roscón... Bueno, no lo voy a decir muy alto, que nosotros comemos en casa de mis tíos ese día e invitan ellos al Roscón... no quiero dar ideas.



Pero no os engañéis, ni encontrar el haba os puede privar de un momento tan dulce como es el de comerte el Roscón de Reyes, rodeado de tu familia en uno de los días más mágicos y alegres de las Navidades. Espero que eso no os lo quite nadie y disfrutéis tanto como yo de ese día. Os dejo la receta y espero que la hagáis. ¡Está de fábula!



Roscón de Reyes



Dificultad: Fácil

Tiempo horneado: 25 mins (aprox)

Raciones: Un roscón grande y dos pequeños

Etiqueta: Postre

Receta: Inés Ibáñez





          120 gr de azúcar

          130 gr de leche
          70 gr de mantequilla a temperatura ambiente
          2 huevos
          Ralladura de un limón
          Ralladura de una naranja
          Agua de azahar
          30 gr de levadura fresca
          460 gr de harina
          Una pizca de sal
        
          Almendra en trocitos
          Cerezas confitadas
          Azúcar blanco
          Una alubia por roscón envuelta en papel film
          
          200 ml de nata (crema de leche) de montar
          50 gr de azúcar



- Comenzamos disolviendo la levadura en la leche templada.

- Batir bien la mantequilla con el azúcar hasta que esté bien integrada.

- Añadimos los huevos y batimos bien.

- Añadimos la leche con la levadura y dos cucharadas de agua de azahar.

- Añadimos las ralladuras del limón y de la naranja y mezclamos todo bien. Hay que intentar que la ralladura sea fina, no muy grande, para que luego no se note al comer.

- Tamizamos la harina y la incorporamos a la mezcla.

- Amasamos todo bien con las manos y cuando veamos que tenemos una masa firme y lisa engrasamos un bol grande con un poco de aceite y colocamos ahí la masa.

- Dejamos levar, en un sitio cálido, durante dos o tres horas, hasta que duplique el volumen (a ojo). Yo lo he metido en el horno, sin calentar ni nada.

- Yo he dividido la masa en dos para hacer dos roscones grandes, pero al final he decidido hacer uno grande y dos más pequeños. El grande al final medía 28 cm de diámetro y los pequeños 18 cm cada uno. 

- Para ello, divides la masa en dos. A cada trozo de masa le haces un agujero en medio y vas formando el rosco. Es difícil que quede totalmente redondo. El grande ha sido el primero que he hecho y no ha salido tan bonito, pero los pequeños sí.



- Una vez hecha la forma, dejamos levar hasta que duplique su volumen. Yo lo que he hecho ha sido precalentar un poco el horno, a 50ºC durante diez minutos mientras hacía las formas. Entonces, apago el horno y he metido los roscos entonces. El tiempo es a ojímetro: en el momento en el que más o menos veáis que ha duplicado su volumen es que ya lo tenéis.

Así está una vez que ha levado - Precalentamos el horno a 170ºC.

- Lo pintamos con un poco de huevo batido (a mí se me olvidó con la emoción de ponerme a decorarlo) y lo decoramos con frutas escarchadas, guindas, trocitos de almendra o almendra laminada y azúcar (yo he mezclado azúcar con agua de azahar y lo espolvoreado por encima).



- Cuando el horno esté caliente metemos el rosco y horneamos durante más o menos 20 minutos, hasta que veamos que se está dorando. Si vemos que alguno de los lados se dora más que otros giramos el rosco.

- Dejamos enfriar durante al menos dos horas, sin tocarlo.

- Pasado ese tiempo podemos cortarlo por la mitad. Yo he utilizado un cuchillo grande de sierra.

- Montamos entonces la nata (crema de leche). Las cantidades que os he puesto son para algo más que un roscón de los pequeños que he hecho. 

- Si la vamos a montar a mano, lo mejor es meter antes el bol y las varillas en el congelador. Hay que mantener la nata (crema de leche) fría mientras la montamos. También es recomendable poner el bol sobre otro lleno de hielos. Batimos a mano. En el momento en el que empiece a montar ligeramente, añadimos el azúcar. Batimos bien hasta conseguir la textura que deseemos. No batáis en exceso o se cortará.

- Si lo montamos con un robot de cocina tenemos que tener cuidado de no pasarnos con el batido o se nos cortará. Se monta mucho antes que a mano gracias a la velocidad constante. El azúcar lo incorporaremos cuando veamos que se forman muchas burbujas en la nata (crema de leche).

- Llenamos una manga pastelera con una boquilla de estrella y rellenamos el roscón.

- Metemos una alubia o haba cubierta con papel film en el centro del roscón y cerramos bien para que nadie sepa dónde está.

- Servimos en frío y ya sabéis: ¡el que encuentre el haba paga!



¡A disfrutar!



- Para conservarlo, lo mejor es meterlos en una caja de cartón o cubrirlo con papel de plata, para que no se seque. Lo mejor es añadir la nata (crema de leche) en el último momento, es lo más difícil de mantener. Si lo preparamos entero debemos guardarlo en el frigorífico, lo que secará nuestro bizcocho ligeramente.