¡Ya está aquí el último domingo de mes!
Madre mía, me pasan los meses por encima a una velocidad de vértigo.
Hace nada estaba haciendo de las mías para el reto #elAsaltablogs en la cocina de Cocinar Con Amigos de donde nos trajimos estas deliciosas brochetas de pollo con salsa de champiñones y de nuevo estamos en plan comando asaltando cocinas.
Este mes le ha tocado el turno a uno de mis blogs favoritos. Por la variedad, la calidad, el tipo de comidas, y ¡por filosofía bloguera! Sí, el blog de Cuuking también combina gastronomía y viajes, al igual que el blog de vuestra humilde servidora. :)
Tanto es así, que ya le habíamos mangando este sándwich de berenjenas y mozarella que nos enamoró. Un bocadillo vegetariano que os recomiendo fervientemente.
Así que como os podéis imaginar no ha sido nada fácil seleccionar una receta, y la lista de candidatas era casi igual de infinita que el índice de recetas del blog. Finalmente, me he dejado llevar por lo práctico y he elegido una receta de berenjenas que fuera facilita de hacer, ya que el huerto sigue dando berenjenas y hay que darles salida.
Hemos cambiado un poquito la forma de hacer la receta original, porque ya sabéis que no soy muy amiga del microondas, y hacerlo así me parecía hasta más fácil.
También he cambiado la miga de pan duro, por dos rebanadas de pan de molde integral que tenía dando vueltas por el frigorífico y me venía perfecto para gastarlas.
¡Al ataqueeee!
Ingredientes: 2 personas
Para las albóndigas
2 Berenjenas
3 cucharadas de queso parmesano rallado
1 Huevo
Sal
Pimienta
2 rebanadas de pan de molde integral
200ml. de leche
Pan rallado (mejor si es casero)
aceite de oliva
Para la salsa de tomate
1 Zanahoria
1 Cebolla
1 Diente de ajo
Tomillo
Orégano
Romero
1 bote de tomate triturado natural
1 cucharadita de azúcar
Sal
Pimienta negra molida
Aceite de oliva
En primer lugar, quitamos la piel a las berenjenas con un cuchillo y las troceamos en daditos.
En una sartén amplia ponemos unas cucharadas de aceite de oliva y salteamos los dados de berenjena con un poco de sal hasta que estén tiernos.
A continuación, ponemos a remojar en la leche las rebanadas de pan de molde hechas desmenuzadas. Con un tenedor las aplastamos un poco para que se empapen bien y se vayan reblandeciendo.
A continuación, en un bol ponemos los dados de berenjena, el huevo, la miga de pan, el queso parmesano rallado, la pimienta, y un poquito de sal.
Mezclamos todo bien, batiendo vigorosamente el huevo primero, y haciendo presión en los trocitos de berenjena para integrarlos en la masa (si algunos se quedan enteros no pasa nada, ¡luego mola encontrárselos!).
Cuando lo tengamos todo bien mezclado aún no podremos manejar la masa, pues no será lo suficientemente densa. Para ello, vamos a ir añadiendo poco a poco el pan rallado que la masa nos vaya pidiendo hasta que quede lo suficientemente densa como para poder darle forma.
Hacemos las bolas de las albóndigas del tamaño que deseemos y las ponemos en la bandeja del horno, con papel de hornear o silicona, precalentado a 200ºC durante 20 minutos.
Mientras que se cuecen las albóndigas, vamos a preparar la salsa de tomate.
En la misma sartén en la que hemos salteado las berenjenas, añadimos unas cuantas cucharadas más de aceite de oliva y ponemos a dorar la cebolla, el ajo y por último la zanahoria.
Cuando la zanahoria empiece a estar tierna, espolvoreamos por encima las especias, tomillo, romero y orégano e incorporamos el tomate natural triturado salpimentamos y cuando el tomate empiece a burbujear (lo que indicará que ha subido la temperatura) añadimos también la cucharadita de azúcar.
Cocinamos a fuego medio-bajo hasta que estén terminen de hacerse las albóndigas.
Cuando éstas estén listas, ponemos la mitad de la salsa de tomate cubriendo el fondo de un plato hondo (y la otra mitad en el plato del otro comensal).
Presentamos las albóndigas servidas en esta salsa, bien calentitas.
¡Y ya tenemos listas nuestras albóndigas vegetarianas de berenjenas!
¿No son geniales?
Pues esta y otras muchas recetas deliciosas están esperándoos en el blog de Cuuking.
¡Que aproveche, Calderer@s!
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