Y es que no sabría decir la de veces que he podido hacerla con mi hermano. Nos encantaba porque al ser dos masas diferente, no había problema a la hora de rebañar el cuenco... cada uno tenía el suyo propio.
Es un bizcocho con bajo contenido en grasa, por lo que es más migoso, es ideal para mojarlo en la leche y darnos un capricho sin pasarnos demasiado. Además de ser totalmente natural y no poseer conservantes, tan presentes en nuestra vida actual.
Bueno, no me lío más y os cuelgo la receta.
Ahora os dejo unas fotos de como ha sido mi proceso. El molde que tenía era demasiado pequeño por lo que me subió más de lo normal, a vosotros os debería quedar más bajo.
Yo en este caso no lo he hecho, pero también se puede bañar en chocolate, una vez que está frío y queda muy rico también. Ya no sería tan ligero, pero merece la pena (para los que puedan permitírselo).
Así me quedó y estaba riquísimo o eso me dijeron, porque paradoja de la vida, soy celíaca (ya colgaré alguna receta para celíacos). Ahora sólo tenéis que animaros vosotros y por supuesto, si lo hacéis, contarme como os ha ido.
Dulce fin de semana a todos.