Aunque existen muchos métodos de curación de cacharros de barro vamos a centrarnos en dos de ellos: la curación con agua y con leche.
1. CON AGUA. Si la cazuela es de barro no esmaltado basta con remojarla 15 minutos en agua antes de cada uso. Para el resto de cazuelas las sumergimos completamente, incluso la tapa, durante 24 horas antes del primer uso. Pasamos un paño para eliminar restos de polvo, frotamos por dentro y por fuera con un ajo pelado, la llenamos con agua y metemos en el horno hasta que hierva. Dejamos secar completamente al aire libre.
2. CON LECHE. Frotar por fuera con ajo y dejarla secar durante toda la noche. Al día siguiente, untamos con una clara de huevo sobre el ajo ya seco y dejamos que se seque. La llenamos de leche o vino blanco y dejamos que hierva unos 10 minutos. Enjuagamos bien con agua fría y jabón neutro, secamos con papel absorbente y dejamos que la cazuela de barro se seque completamente al aire. Durante este proceso observamos cómo se van formando burbujas según se van cerrando los poros.