Hay platos que quedan redondos y este es uno de ellos.
Como veréis es sencillísimo de realizar y cuando lo probéis no podréis creer lo riquísimo que está, las huevas de mújol son la compañía perfecta para los espárragos blancos.
Ingredientes:
Espárragos blancos.
Almendra laminada.
Huevas de mújol.
Orégano fresco.
Sal Maldon y aceite de oliva.
Empezamos pelando bien los espárragos y desechando la parte del tallo más dura.
Cuando estén bien limpios, se colocan en una plancha con 3 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Debemos darles la vuelta unos minutos después y mantenerlos en la sartén hasta que queden marcados por ambos lados. Este proceso depende del fuego y del grosor de los espárragos así que puede variar.
Mientras se nos cocinan los espárragos ponemos las láminas de almendra a tostar en una sartén sin nada de aceite. Debemos moverlas continuamente para que se tuesten pero no se quemen. Cuando las tengamos en el punto correcto, las retiramos y reeservamos.
Cortamos lonchas muy finitas de huevas de mújol y reservamos también.
Cuando los espárragos estén en el punto adecuado, a nosotros nos gustan marcados por fuera pero no ablandados en exceso, los emplatamos y ponemos sobre ellos un hilito de aceite de oliva y algunas escamas de sal Maldon. Ponemos también encima unas finas lonchas de huevas, algunas láminas de almendra tostadas y unas hojas de orégano fresco.
Si os gustan los espárragos con una textura más blanda o notáis que amargan un poco, solo tenéis que escaldarlos durante dos o tres minutos y secarlos muy bien antes de ponerlos en la plancha.
Recomendamos tomarlos tibios, aunque también pueden comerse fríos.
Si os animáis a hacerlos, nos encantaría que nos contáseis que os ha parecido esta preparación.
Fuente: este post proviene de Cocina sin Carné, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
