¿habéis hecho el Camino de Santiago? sea la respuesta afirmativa o negativa, dejaos llevar por la magia del camino que emprenden los protagonistas.
La Pata de Oca - Raquel Osera
Sinopsis
Él quería un respiro.
Ella, una nueva vida.
Dicen que las ocas perdieron la capacidad de volar grandes distancias al ser domesticadas. Que son fieles a su pareja toda la vida. Dicen que las ocas salvajes migran siempre por la misma ruta, cruzando España de este a oeste y que, por eso, el juego de la oca fue en sus orígenes la guía secreta de los templarios para recorrer el Camino de Santiago.
Nacho es un padre de familia con una vida demasiado ideal para hacerle feliz. Lorena acaba de perder su primer trabajo en una ciudad extraña. Un abogado cuarentón que huye de las vacaciones en la playa con su mujer; una joven bióloga que no tiene adónde ir tras el Camino. Él quiere un respiro. Ella, una nueva vida.
En el mes de peregrinación de Roncesvalles a Compostela, sus Caminos se entrelazarán una y otra vez mientras él busca nuevas emociones y ella, un refugio cálido en la amistad y el amor. Tienen la vida que el otro anhela. Irán de albergue a albergue, de puente a puente, de oca a oca. Porque el Camino es un juego, y una ruta por España, y un recorrido por la propia alma. Descubrirán que la belleza de una búsqueda reside en encontrar lo inesperado. Y que el Camino no suele darte lo que pides, sino lo que necesitas.
Una novela sobre la búsqueda de sí mismos de un hombre insatisfecho con su vida y una joven que aún no ha hecho nada de la suya.
Opinión
Nacho y Lorena no se conocen de nada. Sus vidas no podrían ser más dispares: abogado de éxito, casado y con dos hijas frente a bióloga en paro compartiendo piso, sin amigos y con madre esfixiante. Pero ambos deciden emprender el camino de Santiago desde el mismo punto de partida. Allí se verán de refilón y poco más: Nacho despidiéndose de su mujer, Lorena huyendo, sola.
Comienzan el camino cada uno a su ritmo, por separado, aunque el camino va juntando y separando a la gente. Eso es una constante a lo largo de la lectura: te encuentras con alguien, congenias, por cualquier motivo uno de los dos adelanta al otro y varias jornadasas más adelante se vuelven a encontrar.
Por lo tanto, tendremos que Lorena y Nacho se conocen, se separan, Nerea y Sebas también se unen, se separan, Álvaro se une, se separa, como pequeños asteroides en el universo del camino van chocando y saliendo despedidos a lugares diferentes para volverse a encontrar.
Lorena es tímida, de pocas palabras, sensible hasta el extremo y se ilusiona con facilidad. Le rompen el corazón varias veces en los primeros capítulos porque se ve subida al altar del brazo de cualquier chico que la salude con un poco de simpatía. Sin embargo, es la que más cambia a lo largo del camino, terminando de forma diferente a como empezó tanto en carácter como en forma de ver la vida.
Nacho no me ha caído nada bien. Si se escribiera el manual del perfecto egoista y/o narcisista, aparecería una foto suya en la portada. Ha ido al camino de Santiago, como no se cansa de repetir, para descansar de su mujer y sus hijas. Porque, claro, necesita descansar de sus hijas; que su mujer tenga que lidiar con ellas todo el verano es algo irrelevante porque él se lo compensa no habiéndole puesto nunca los cuernos.
Si, esta es la línea de pensamiento de Nacho, que se acentúa conforme avanza en el camino y nosotros en la lectura. Es un personaje que no cambia, no aprende nada, llega prácticamente igual que se fue y se pasa las páginas dando cuenta de su egoismo, exacerbando las pequeñas concesiones que hace las demás como si hubera donado hasta la última gota de su sangre.
Lo de no poner los cuernos es solo un ejemplo, pero en su fuero interno es un cobarde que necesita que lo necesiten, pero no mucho porque se agobia, que quiere a las mujeres con inquietudes e inteligentes, pero no mucho porque entonces no lo necesitan, y así todo el rato... No, no me ha caído bien y se nota pero, además, protagoniza un momento bastante memorable con el que me he reido mucho y hacia el final protagoniza un momento asqueroso y rastrero con el que me ha dado mucho asco; ambos son un buen spoiler pero te invito a que los descubras leyendo el libro.
La ambientación es una maravilla: los caminos, los senderos, los hostales, las posadas, los albergues, las vivencias diarias y personales tanto individuales cómo en grupo... he hecho el camino al lado de los protagonistas, pasando calor, frio, agobio, soledad, hasta me han dolido los pies por las ampollas que hay que ir explotando y drenando.
La narración profundiza tanto en las vidas de nuestros protagonistas como en la de las personas que se van encontrando y reencontrando pero, sobre todo, en los primeros ya que los capítulos se cuentan desde sus puntos de vista. También nos veremos rodeados por los diferentes paisajes y como estos van cambiando conforme atraviesan diferentes comunidades hasta llegar a Santiago: las explanadas, llanuras, los caminos montañosos, el tiempo inclemente tanto por un sol abrasador como por una incesante lluvia. Nos acompañarán las leyendas existentes en cada lugar que visitan, las paradas que hacen para conocer tal o cual pueblo, la amabilidad de la gente con los peregrinos, a veces inesperada, todo contado con mimo y detalle, sin escatimar.
Por último, queda alegría de la inminente llegada junto con la pena por separarse del pequeño grupo que al final llega al camino es más que evidente conforme nos acercamos al final, haciendo que se apresuren algunos hechos. Mi personaje favorito de la historia ha sido Nerea, un ejemplo, sobre todo para el egoista Nacho que no ve más allá de su ombligo.
Saldremos del libro con una buena visión de todo lo que rodea al camino: lugares, gentes, historias, penurias y alegrías. Porque si algo nos queda claro es que el camino nos da lo que necesitamos, no lo que queremos.
Reconozco que no sería capaz de hacerlo; en primer lugar porque he conocido a gente que ha ido y han vuelto una de dos: o al borde del divorcio o con el grupo de amigos sin volver a dirigirse la palabra -en el libro también se comenta que la mejor manera de hacer el camino es hacerlo en soledad-. En segundo lugar porque me iba a pasar el camino echando de menos leer, si, parecerá una chorrada pero si no llevo el lector en el bolso cuando salgo de casa, no soy nadie.
Muchas gracias a Empajadores de Libros y a la escritora por haber organizado esta lectura conjunta. ¿Recomendado? Si, compra el libro AQUÍ.
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"El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo."- Cien años de soledad de Gabriel García Marquez.