De vez en cuando me gusta pasar un rato en la cocina haciendo ?chorraditas? como la de hoy. Disfruto como los niños.
Las había probado en algún restaurante y me habían gustado así que, cuando me encontré con la receta en un libro de la biblioteca, la copié en un papelito que encontré en el bolso para hacerla en cuanto tuviera un rato libre.
El rato llegó y han quedado riquísimas, fotogénicas y muy decorativas.Se le pueden poner a muchos postres tales como helados, cremas y demás familia.
INGREDIENTES
Para una manzana de la variedad Granny Smith ? medio limón ? 80g de azúcar ? 200ml de agua
ELABORACIÓN
Lavamos y secamos la manzana.
La cortamos con la mandolina o con un cortafiambres en láminas finísimas sin pelarla ni quitarle el corazón.
Las vamos rociando o frotando con el limón para que no se oxiden.
Ponemos en un cazo el agua con el azúcar y lo calentamos a fuego mínimo para que el azúcar se disuelva. No tiene que hervir hasta que el azúcar esté completamente disuelto.
Una vez disuelto el azúcar, subimos el fuego y dejamos que hierva 10 minutos a fuego medio, hasta que se nos hace un almíbar ligero.
Volcamos el almíbar en un cuenco o recipiente adecuado e introducimos en él, de una en una, las láminas de manzana.
Las dejamos macerar toda la noche. Podemos guardarlo en el frigorífico.
Al día siguiente, sacamos las rodajas de manzana del almíbar, las escurrimos bien y las colocamos encima de papel de cocina. Las cubrimos con otro papel y presionamos suavemente para que se sequen.
Precalentamos el horno a 100º.
Colocamos las láminas de manzana sobre las bandejas o las rejillas y las introducimos en el horno precalentado.
Las tenemos aproximadamente durante una hora, hasta que se secan y se ponen crujientes. A mitad del tiempo les damos la vuelta.
Las dejamos enfriar y las guardamos en recipientes herméticos.
Se conservan durante mucho tiempo.