La pasta que se elabora con agua y harina, generalmente de trigo, es la llamada pasta dura o seca; se encuentra fácilmente en tiendas de alimentación y en ella se incluyen los spaguetti, los tubos o macarrones y otras de formas diversas como la que he utilizado yo hoy, los lazos; este tipo de pasta es firme, se cuece bien y admite gran variedad de salsas.
El tomate seco es tomate que se ha deshidratado con el fin de realzar y potenciar su sabor; como consecuencia de este proceso todos los elementos del tomate se encontrarán concentrados en esta versión seca. Es un producto que se encuentra cada vez más fácilmente en tiendas de alimentación y grandes superficies generalmente envasado en aceite de oliva.
He unido la pasta con los tomates y los piñones ligándolo todo con una salsa a base de nata (crema de leche) o leche evaporada, eso lo dejo a elección de cada cual. Para poner un toque salado al plato he añadido bacon ya que, sin él, quizás resultaba un conjunto más bien dulce por la cantidad de cebolla que lleva, aunque he de decir que ambas formas (con o sin bacon) me gustaban.
Giulano Hazan, en el libro “La Pasta clásica” señala que:
“Una de las cosas más difíciles para alguien que no haya crecido comiendo pastas en Italia es desarrollar la sensibilidad necesaria para combinar correctamente las pastas con las salsas No se trata de una cuestión de mera autenticidad, sino de alcanzar el mejor complemento de sabor y textura”. Dicho esto, espero no haberme equivocado en la elección de la pasta, pero sobre todo espero haber conseguido una receta que os guste hacer y probar porque esa es la mejor forma de disfrutar de la cocina.
Ahí va la receta para 4 personas.
Tiempo de preparación: 20-25 minutos.
INGREDIENTES
400 g de pasta seca (en este caso, lazos)
Agua y sal para cocer la pasta
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra + 1 cucharada del aceite de los tomates
1 cebolla
2-3 lonchas de bacon
200 g de tomates secos en aceite (un bote)
125 g de piñones
250 ml de nata (crema de leche) (en mi caso, Leche evaporada IDEAL)
Sal
Pimienta
1-2 cucharadas de agua de la cocción de la pasta
Queso rallado
PREPARACIÓN
Picar finamente la cebolla, cortar el bacon en trozos y picar los tomates escurridos reservando el aceite de oliva de la conserva. Reservar todo.Cocer la pasta en abundante agua con sal siguiendo las recomendaciones de tiempo del fabricante.
Mientras se cuece la pasta, preparar la salsa.
En una sartén poner el aceite de oliva a calentar junto con una cucharada del aceite de la conserva de los tomates; cuando esté caliente echar la cebolla picada y sofreír unos 5-7 minutos o hasta que se vea hecha.
Añadir a la cebolla el bacon y dejarlo 3-4 minutos en la sartén para que se sofría con la cebolla.
Incorporar a lo anterior los tomates picados y los piñones y darlo una vuelta para que todo se mezcle.
Incorporar la nata (crema de leche), salpimentar y dejar que se haga durante 3-4 minutos a fuego medio; la salsa debe espesar sin consumirse.
Cuando la pasta esté cocida, coger una o dos cucharadas de esa agua de cocción y añadirlo a la sartén con la salsa.
Colar la pasta.
Emplatar la pasta regándola con la salsa.
Espolvorear queso rallado por encima.
Más cosas
En este caso, he utilizado leche evaporada en vez de nata (crema de leche) para aligerar un poco la salsa. Se puede utilizar nata (crema de leche) para cocinar que también es menos grasa que la que se usa para montar.El bacon es opcional; ya he explicado que como la cebolla dulcifica bastante el plato, el bacon aporta el punto salado, pero es prescindible completamente. He probado ambas preparaciones y ambas me gustan.
Añadir una o dos cucharadas del agua de cocción a cualquier salsa es algo que me enseñaron cuando estuve en Génova y, en general, es algo que se hace con normalidad en Italia cuando se preparan salsas para acompañar a la pasta. También está descrito en libros de cocina italiana.
Ven a la cocina