La pizza blanca fue algo que descubrí la primera vez que estuve en Italia, hace ya un montón de años, en la época pre-internet (¿os acordáis?), en la que era más difícil conocer platos originales de otras partes del mundo si no los probabas in situ.
Me encantó la idea porque es una forma de variar este plato tan bueno. Allí, por supuesto, la hacen de millones de cosas, una de mis preferidas es la de patatas (que me apunto para prepararla otro día), pero esta con champiñones no tiene nada que envidiarle.
¿Qué necesito?
Para la masa
500 gr de harina
1 vaso de agua templada
1/2 vaso de aceite de oliva virgen
30 gr de levadura fresca de panadería
Sal
Para la pizza blanca
500 gr de champiñones
200 gr de mozzarella
100 gr de parmigiano reggiano
2 dientes de ajo
4 tomates secos en aceite de oliva (opcional)
Aceite de oliva
¿Cómo lo hago?
Lo primero es preparar la masa, más o menos dos hora antes de que vayamos a comer la pizza ya que, aunque es muy facilita de hacer, necesita una hora de levedación. Aquí tenéis la receta de la masa de pizza.
Mientras la masa reposa, lavamos, cortamos y secamos los champiñones. Nosotras los hemos cortado en 4 y no en láminas pero cada uno que lo haga a su gusto.
En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva y dos dientes de ajo picados en trozos grandes. Dejamos que el ajo se dore un poco para que le dé sabor al aceite y después añadimos los champiñones. Salamos y dejamos que se hagan a fuego alto durante unos 5 minutos (un par de minutos después de que hayan perdido toda el agua). Retiramos los ajos y reservamos.
Pasada una hora, la masa ya habrá doblado su tamaño. En una bandeja de horno cubierta con papel para hornear, colocamos la masa y la extendemos bien con los dedos hasta cubrir todo el fondo de la bandeja.
Por encima ponemos la mozzarella, que puede ser en lonchas o rallada. Nosotras en este caso la hemos usado rallada. Colocamos los champiñones por encima y si queréis podéis añadir también unos tomates secos, que tienen un sabor bastante potente y le dan un toque muy rico. Si no, con los champiñones solo también está buenísima.
La metemos en el horno a temperatura alta (unos 250º - 275º) durante unos 15 minutos. Mientras la pizza está en el horno rallamos el parmigiano en escamas con un rallador, si habéis comprado una cuña (Si lo compráis rallado, un trabajo menos ).
En cuanto la pizza salga del horno, espolvoreamos las escamas de parmigiano por encima y listo.
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