Me gusta mucho la repostería, disfruto el proceso y por supuesto los resultados, muchas veces se me antoja algo que probé o vi alguna receta y ya me lo programo para que al momento de ponerme a trabajar no falte nada...esta tarta no es el caso ya que nació de la necesidad de usar lo que tenía en la heladera, para empezar el coco rallado que quedó luego de hacer leche de coco (ya tenía una semana guardado y no quería que se pusiera feo) Busqué recetas en internet que llevaran coco y encontré miles, entre ellas muchos de tortas con coco y zanahoria, así que pensé que si habían tantas recetas similares la combinación debía ser muy buena, leí varias de ellas pero no me convenció ninguna, entre otras cosas porque la mayoría de ellas eran hechas con bizcochos o galletas y mis planes era hacer algo rico con lo que tenía a mano y en casa.
La receta que les dejo esta inspirada en recetas que encontré en la web pero no se ajusta a ninguna ya que adapté ingredientes y cantidades, el resultado: una tarta suave y húmeda, ideal para acompañar un té o algún jugo natural.
Ingredientes:
200 grs. de zanahoria rallada
150 grs. de coco rallado
200 grs. de azúcar rubia
3 cucharadas de miel
100 grs. de almendras
Queso crema
Azúcar impalpable
Elaboración:
Mezclar la zanahoria rallada fina con el coco rallado. En la receta usé 150 gramos pero hay que tener en cuenta que era coco del que previamente se había extraído la leche de coco por lo tanto estaba un tanto seco y con menos sabor, si usan coco rallado "nuevo" pueden usar menos, estimo que unos cien gramos será suficiente. Continúan revolviendo y agregan paulatinamente el azúcar, la miel y las almendras picadas.
Colocan en una asadera de 30 cm. de diámetro y llevan al horno a 180 grados hasta que esté dorado (45 minutos)
Para el frosting de queso: mezclar 250 gramos de queso crema con azúcar impalpable y cubrir al tarta con esta preparación.
Ideal servir directo desde la heladera.