Además de contar con una conocida firma que presume de Denominación de Origen (Conca de Barberà), Ferrán Adriá se encarga de poner rostro a la campaña. El afamado cocinero participa activamente como embajador de la marca, ofreciendo recetas exclusivas a los propietarios, para que éstos dispongan de una ocasión única y deliciosa con la que descorchar sus vinos y maravillarse con una extraordinaria conjunción de sabores.
Más que un buen vino
Quien se sume a esta atractiva oferta podrá disfrutar de todas y cada una de las etapas en la elaboración del vino, desde que se planta la vid hasta que se sirve en la copa. Esto supone participar en el mundo del cultivo y de la cultura enológica, hasta entonces reservado a un círculo cerrado de profesionales y expertos. Todo se podrá hacer a través de las cámaras web instaladas para el seguimiento del cliente o sobre el terreno, ya que todas las instalaciones son accesibles para el consumidor, permitiendo contactar con el medio y conocer así cada uno de los procesos de producción.El principal valor que se resalta en este proyecto es ese tinte de exclusividad del que está impregnado. Los propietarios reciben con su compra la titularidad de un viñedo de 20 cepas en propiedad, de las cuales se obtendrán 42 botellas de vino al año: 30 de vino tinto y 12 de vino blanco de diferentes categorías. El toque personal viene de la mano de los grandes diseñadores, que desarrollan un embotellado y etiquetaje a gusto del cliente.
En términos de la empresa, quieren dirigir sus productos "a un público activo, con inquietudes e intereses culturales que quiere crecer, aprender, informarse, divertirse individual o socialmente con la cultura del vino y la naturaleza". Por 69 euros al mes, Cal Celdoni ofrece la posibilidad de inmiscuirse en la viticultura para deleitarse con mucho más que un buen vino.
En conjunción con la gastronomía y con la ayuda de Ferrán Adriá, la firma pretende además abordar otros campos que van más allá del cultivo de la vid, haciendo aparición en el mercado con un proyecto que se encuadra en los valores de la dieta mediterránea, con productos como frutos secos y aceite de oliva, exponentes máximos de nuestra alimentación. "Disponemos de plantaciones de nogales y de olivos, además de dedicarnos a la viticultura, y con ello apostamos por una dieta sana, procedente del campo, que contenga los productos de nuestra tierra, como uno de nuestros principales objetivos".
Una tradición de más de 400 años
Cal Celdoni tiene sus raíces en una familia catalana que empezó a dedicarse al cultivo de la vid en 1604. Desde entonces, viene desarrollando una excelente labor vitivinícola en la Conca de Barberà y en el Alt Camp, terrenos situados en Tarragona. Pero no es hasta 1999 cuando empieza su andadura comercial, formando parte de un grupo empresarial y dedicándose intensivamente a extender sus cultivos para hacerlos más productivos. Es entonces cuando en 2005 nos sorprenden con Compre una Viña y se abren al mercado global.Además, en su forma de trabajar, se mezcla lo tradicional con el uso de las más altas tecnologías y siempre con miras de futuro. La empresa cuenta con una posición geográfica excepcional para el crecimiento de la vid, que junto con un clima propicio y contando con los cuidados de los mejores profesionales, hacen que el fruto que se consiga sea de una alta calidad que goza de diferentes denominaciones de origen como Conca de Barberà, Cava, Tarragona y Cataluña.
Otro valor añadido es que los terrenos están situados en una zona considerada patrimonio, junto al Monasterio de Poblet y Montblanc, que representan enclaves importantísimos del enoturismo español. Pero, sin duda, uno de sus proyectos más ambiciosos, es la futura construcción que se ha proyectado para una nueva Bodega, que pretende convertirse en un icono de la arquitectura vanguardista del siglo XXI en nuestro país, además de respetar el medioambiente, gracias a sus fundamentos de sostenibilidad.
Los primeros resultados
Actualmente son más de 600 propietarios los que han apostado por comprar una viña. La idea ha atraído sobre todo a clientes de la propia tierra catalana, llegando éstos a ser casi la mitad. Pero también ha tenido una proyección por todo el territorio español y no son pocos los que se han dejado seducir en el extranjero. Aunque esté ideado para que cualquiera que lo desee pueda hacerse con un viñedo, en palabras de Marta Civit, Directora Técnica de Cal Celdoni, "el perfil medio de nuestros clientes es de aproximadamente entre los 35-50 años de edad y pertenecientes a un sector medio-alto socialmente hablando".Entre los socios se pueden encontrar tanto particulares como empresas, y tras los primeros balances, "podemos decir que han sido satisfactorios. No hemos tenido ninguna queja. Los clientes están muy orgullosos de ver cómo pueden seguir la evolución y participar en las decisiones que se toman en el cultivo de sus viñedos. Creo que nuestro proyecto es muy diferente y ése es su principal atractivo".
Aparte de en su página web, es posible hallar a Cal Celdoni en tiendas Lavinia de Madrid o Barcelona, donde se comercializan sus productos.