¿Jugamos a piratas?
En la entrada anterior aprendimos a hacer bizcocho. ¿Ya lo hemos practicado? ¡Perfecto!. Ahora nos atreveremos con algo un poquito más complicado utilizando ese bizcocho pero esta vez lo vamos a hacer de ….. ¡Chocolate!.
A finales de marzo fue el cumpleaños de mi sobrino, el más pequeño de todos (tengo unos cuantos). Cumplió cuatro añitos y se me ocurrió que tenía que sorprenderle con algo diferente, que no se esperase. El peque, heredó de mi hijo el barco pirata de Playmobil y como jugaba bastante con él pensé que seguramente le gustaría tenerlo pero en tarta. Pues nada, ¡manos a la obra!. Le pedí a su mami que sin que el niño se diese cuenta me enviase alguno de los accesorios y luego, estuve mirando por internet otros barcos que hubiesen publicado en diferentes webs. Al final, con lo que tenía y las ideas que vi, el resultado quedó bastante bien.
¿Lo mejor de todo? La reacción de Héctor. Cuando vió la tarta se la quedó mirando durante unos segundos para después decir: “mamá, trae las cucharas!!!!”.
Ingredientes:
Para un bizcocho simple:
1 yogur de chocolate (yo utilizo los del tarro de cristal de La Lechera)
2 medidas de azúcar
3 medidas de harina
3 huevos
1 sobre de levadura
1 medida de mantequilla a temperatura ambiente
1/2 medida de cacao en polvo.
Relleno:
Nutella (utilicé más de un tarro de los grandes)
Almíbar:
150 grs. de azúcar
100 ml. de agua
Cobertura:
400 grs. de chocolate negro de postres
400 ml. de nata (crema de leche) de montar
200 grs. de mantequilla
Decoración:
1 paquete de Filipinos
1 paquete de Mikados
250 ml. de nata (crema de leche) de montar
Nubecitas recubiertas de chocolate
1 palo de brocheta, 1 folio y rotulador negro.
Para hacer el bizcocho hay que seguir los pasos que os di en la receta del bizcocho de yogur. Sólo cambiamos el sabor del yogur, eliminamos la ralladura de limón y tamizamos el cacao junto con la harina y la levadura.
Yo hice tres bizcochos, en la placa del horno, forrada con papel de hornear o de aluminio, engrasada y enharinada. Las cantidades están calculadas para el bizcocho de tamaño normal, pero además hice otros dos con el doble de cantidad.
Con los 100 ml. de agua y los 150 grs. de azúcar hice un almíbar, muy ligero, que dejé enfriar. Mientras, abrí en transversal cada bizcocho doble por la mitad, convirtiéndolos en cuatro planchas del mismo grosor, a las que previamente había igualado en altura con una lira.
Con una brocha de silicona empapé ligeramente las planchas y puse por encima la Nutella. Fuí colocando las mismas una sobre otra y terminando con la parte inferior de uno de los bizcochos dada la vuelta en lo más alto. Esta parte se pone la última porque es la que más lisa queda y nivela la altura que queremos que tenga.
Es decir,en cada plancha ponemos nutella en la parte superior, menos en la última que queda sólo con el bizcocho limpio.
Coloqué una fuente ovalada sobre la torre de bizcochos y así corté uno de los extremos con la forma oval siguiendo la forma que tiene la proa. Por la parte trasera, corté un cuarto aproximadamente, de la longitud del barco y lo puse sobre el bizcocho grande, alineado en los extremos. De esta forma hice la popa.
Sobre la tabla, con un cuchillo, troceé, muy pequeñito, el chocolate. Puse la nata (crema de leche) en un cazo y cuando estuvo a punto de hervir lo retiré del fuego y se lo añadí, lo mezclé removiendo desde el centro y cuando ya tenia un aspecto bastante homogéneo le fuí añadiendo poco a poco la mantequilla en dados y a temperatura ambiente. La mantequilla le dió brillo a la cobertura.
Más tarde coloqué una rejilla sobre una placa de horno y encima la estructura del barco, que ya se adivinaba y lo bañé con el chocolate derretido.
Lo dejé reposar un poquito para que atemperase, lo posé sobre el bizcocho que nos quedaba y ahora ya … ¡a decorar!.
Con dos filipinos y un barquillo quedó un cañón chulísimo, las barandillas son nubecitas recubiertas de chocolate y las puse sobre mikados que clavé en el bizcocho y así no sólo sirvieron para delimitar el perímetro, también sujetaron los bizcochos dando estabilidad a la estructura.
Uní dos de las nubecitas con los restos del chocolate de cobertura y así hice la plancha por la que el pirata obliga al oficial inglés a saltar al agua. Menudo trago si tenemos en cuenta el tiburón que le espera en el mar.
Con el palo de una brocheta y una cartulina hice la vela. Alrededor del casco puse filipinos sujetos con más mikados troceados por la mitad para hacer los ojos de buey. Para el mar, monté nata (crema de leche) y le puse un poco de colorante azul y lo extendí de forma irregular. El nombre del niño lo puse con uno de esos tubos pequeñitos de repostería que sirven para escribir sobre las tartas.
Y al final …., éste fue el resultado.
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