Todos tenemos ajos en nuestra cocina (bueno, si cocinamos, todos deberíamos tener). Otorgan un sabor muy especial a las recetas, pero dejan un olor poco agradable en nuestras manos cuando los manipulamos: pelar, cortar, machacar...
La forma más simple de deshacernos de ese olor es yendo directamente a poner las manos debajo del grifo y, sin frotarlas, dejar que el agua se lleve ese ‘aroma'. Pero si todos hiciéramos eso, no podríamos disfrutar de la cantidad de curiosos utensilios que se han creado para poder manipular los ajos con total tranquilidad.
Uno que yo tengo, y que seguro que no me equivoco si afirmo que más de uno también, es un pela ajos de silicona en forma de tubo con un mecanismo extremadamente sencillo: metes el diente de ajo dentro, y ruedas el tubo hasta que la cáscara se separa.
Además de pelarlos, hay que picar los ajos, lo que aumenta el peligro de impregnarse de su olor. Para evitarlo, podemos emplear una de las muchas prensas que existen para esta opción, como la de Tescoma.
Buscando esta información me he topado con una web americana, Thegarlicchop.com, dedicada exclusivamente al ajo, y en concreto, a una serie de originales aparatos para cortarlo, pelarlo y almacenarlo, todos ellos, además, con la conseguida forma de esta hortaliza. Os dejo el vídeo de cómo usar uno de esos chismes. Está en inglés, pero las imágenes hablan por sí solas.
¿Quién tiene más aparatos para evitar el contacto con los ajos? ¿Podrías vivir sin ellos?
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