Bizcocho de leche

Receta de Bizcocho de leche de mejorpostre.com
En los últimos años, se ha popularizado una receta estadounidense conocida por aquellos lares como hot milk cake.

Este bizcocho de leche, cuenta con la peculiaridad, de que la leche, se agrega a la mezcla a alta temperatura.

Allí, es habitual verlo con una cobertura de moka, una especie de crema a base de café.

La receta surge motivada por la necesidad de eliminar las bacterias de la leche fresca. La industria alimentaria nos ha provisto de alimentos frescos y seguros gracias a procesos como la pausterización, en el cual se somete la leche a un proceso térmico donde se eleva su temperatura por encima de los 63º durante un periodo de tiempo determinado.

Antiguamente, pese a que se conocían los peligros intrínsecos de la leche fresca, este proceso se llevaba a cabo en las casas. Así, para evitar contaminantes a la hora de cocinar el bizcocho, añadían la leche muy caliente.

Esto, que puede parecer intrascendental, consigue una miga más tierna y con mayor porcentaje de humedad, e incluso modifica sutilmente el sabor.

Por tanto, pese a que ya no es necesario deshacerse de los microorganismos, esta técnica ha quedado como costumbre en la preparación del bizcocho de leche caliente, que es como sería la traducción correcta.
 

Cómo hacer un delicioso bizcocho de leche

Estamos ante un bizcocho pesado, por lo que incorpora un porcentaje de materia grasa, en nuestro caso, mantequilla.

Existen algunas versiones que la sustituyen por aceite de girasol, pero este, más allá de aportar jugosidad, no modifica significativamente el sabor.

En cuanto a la harina, utilizaremos una harina floja. Os recomiendo que le echéis un vistazo a este artículo sobre los diferentes tipos de harina que hay y que estoy segura que os resultará muy interesante y aclarará dudas sobre cuáles hay y cuáles son mejores para cada ocasión.

El bizcocho de leche tiene un carácter láctico, que podemos acentuar empleando mantequilla, ya que las leches actuales que venden en los supermercados tienen un porcentaje de materia grasa muy bajo, y un sabor muy tenue.

Es ideal para desayunos o meriendas, acompañado de un vasito de leche, un café o un té, aunque también puede tomarse solo, puesto que la mantequilla y la leche impiden que se reseque.

Su elaboración es muy sencilla, y tan solo necesitaremos un puñado de ingredientes que suelen estar en la mayoría de despensas.

Es un bizcocho que coceremos en un molde alto, de unos 20 centímetros de diámetro, durante un tiempo prolongado, lo que le ayudará a guardar la humedad durante más tiempo.

¡Manos a la masa!
 

Ingredientes:


Harina floja 250 g.

Azúcar blanquilla 200 g.

Leche entera 250 ml.

Mantequilla 180 g.

Huevos M 4 unidades

Vaina de vainilla 1 unidad

Polvos de hornear Royal 1 sobre (16 g.)

Azúcar glas (opcional)
 

Elaboración:



En un cazo pondremos a infusionar la vaina de vainilla junto a la leche. Llevaremos a ebullición, y cuando la leche amenace con desbordarse, apagaremos el fuego y filmaremos la boca del cazo, lo que incrementará la fuerza de la infusión. Podríamos sustituirla por unas gotas de aroma de vainilla, aunque los que seguís este blog ya sabéis que me gusta hacer uso de ingredientes naturales.

Al mismo tiempo, prepararemos un bol e iremos batiendo la mantequilla junto a la mitad del azúcar, hasta formar una crema. Como siempre digo, el batido tiene que ser lo suficientemente intenso como para que los cristales de azúcar se diluyan en la base, en este caso, la mantequilla. Tampoco sería mala idea hacer una buttercream (o crema de mantequilla) al uso, empleando azúcar glas en vez azúcar blanquilla.

Entretanto, iremos precalentando el horno a 180º, con calor arriba y abajo, sin ventilador. En un bol aparte, añadiremos los huevos y el azúcar restante, y los blanquearemos. Para esto, al igual que hicimos con la mantequilla, batiremos enérgicamente con una varilla hasta observar una especie de espuma en la superficie, como unas burbujas que indican que la mezcla está aireada.

Destaparemos la leche y le volveremos a dar un hervor, y la verteremos sobre la mezcla de huevos y azúcar, sin parar de remover para evitar que estos puedan cuajarse. Emplearemos una varilla, y realizaremos movimiento circular a la vez que vamos vertiendo muy poco a poco la leche caliente. No dejaremos de remover hasta que todo quede perfectamente integrado.

A continuación, incorporaremos la mantequilla batida, seguida de la harina y los polvos de hornear. Con ayuda de un cedazo, colador o similar, iremos tamizando los secos sobre los líquidos, y valiéndonos de una lengua, removeremos la mezcla dibujando movimiento circular y envolvente. La idea es conseguir una integración total de los ingredientes.

De ser necesario, forraremos el molde con papel sulfurizado. Para lograr una mejor adherencia, podemos extender una fina pátina de mantequilla o cualquier otra grasa vegetal, y acomodar el papel sobre la misma. Preferiblemente, usaremos un molde con fondo desmontable, que nos hará la vida mucho más fácil. Traspasaremos la mezcla al molde y lo colocaremos sobre la rejilla a media altura.

Coceremos el bizcocho durante 45 minutos aproximadamente. Es posible que pasada la media hora, la superficie del bizcocho, empiece a tornar en un color tostado muy oscuro, momento que aprovecharemos para cubrirlo con una hoja de papel de aluminio. Pasado el tiempo, y tras haber comprobado con un palillo que está hecho, lo sacaremos del horno.

Desmoldaremos y dejaremos enfriar sobre una rejilla. Decoraremos con azúcar glas espolvoreando una fina capa con ayuda de un colador. En caso de que no vaya a consumirse de inmediato, una vez frío, lo filmaremos completamente, pegando el plástico a toda su superficie, evitando que alguna de sus partes quede expuestas al aire.

¡Qué aproveche!

Puedes ver la receta Bizcocho de leche así como otros muchos postres caseros en la web de MEJOR POSTRE.  

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