Uno de mis moldes favoritos (de los muchos que tengo) es el de chiffon.
Cuando descubrí estos moldes, me compré dos, uno mas pequeñito y otro más grande. Con el pequeño salen perfectamente seis raciones normalitas. Y del grande podemos sacar hasta diez.
Obviamente uso el grande cuando sé que tengo muchos comensales. Este es el caso de hoy. He usado el molde de chiffon grande y por consiguiente las cantidades de la receta también son mayores. Si queréis la receta de un chiffón más pequeño, mirad esta receta
Este tipo de bizcochos queda especialmente tiernos y esponjosos por la técnica que usa. Cuando se saca del horno, se da la vuelta al molde de manera que el bizcocho se enfríe boca abajo. Eso hace que se airee y queden muy tiernos. Hoy lo he preparado con nutella, lo sé, pecado mortal para los michelines ahora que ha entrado la primavera y empezamos a quitarnos las capas de ropa. Que le voy a hacer, no tengo remedio...
INGREDIENTES:
50 gr de avellanas
240 gr de harina de espelta
100 gr de azucar
100 gr de crema de cacao (nutella)
8 huevos (separamos las claras de las yemas)
180 ml de agua
100 ml de aceite de girasol
1 cucharadita de levadura química
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de cremor tártaro (opcional)
PREPARACIÓN:
Comenzamos montando las claras en la thermomix (ponemos antes la mariposa). Montar unos cinco minutos a velocidad 3 1/2. A mitad del proceso añadimos el cremor tártaro que lo único que hace es darle firmeza a las claras, si no tenéis se puede obviar.
También se pueden usar unas varillas. Reservamos las claras aparte y lavamos la máquina.
Echamos las avellanas y trituramos 30 segundos a velocidad 6.
Añadimos la nutella, azúcar, harina, aceite, agua, levadura y sal. Mezclamos muy bien 1 minuto a velocidad 4.
Añadimos las yemas y volvemos a batir 30 segundos a velocidad 4.
Unimos la mezcla con las claras montadas de manera envolvente.
Vertemos la masa en el molde, sin engrasar. Los moldes de chiffon tienen una particularidad no se engrasan porque al salir del horno se ponen boca abajo y se dejan enfriar así. Eso hace que sean muy esponjosos. Lo hornearemos a 180º sin ventilador con calor arriba y abajo durante 40 o 45 minutos. Luego dejamos enfriar con el molde hacia abajo.
Las fotos no le hacen justicia, ¡pero está buenísimo!
Fuente: este post proviene de Tapitas y postres, donde puedes consultar el contenido original.
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