Huesos de San Expedito
Estos dulces con forma alargada o de dedo, se hacen con una masa anisada, similar a la de las rosquillas, que también se suele freír. Son típicos de Semana Santa en Sevilla, aunque en muchas pastelerías los podemos encontrar durante todo el otoño, porque también se relacionan con el día de Todos los Santos. Además, se extienden por buena parte de la península, recibiendo otros nombres. Por ejemplo, en Extremadura los llaman huesillos y en Guadalajara, rolletes o huesitos. He estado investigando porqué se les da esa forma y ese nombre, pero no he encontrado nada que los relacione ni con los dedos, ni con los huesos de San Expedito.
La historia de este santo, patrón de las causas urgentes y abogado de las causas imposibles, es más que curiosa, porque realmente no es "santo" o por lo menos la Iglesia Católica no lo reconoce como tal. Su nombre fue retirado del Martirologio en tiempos del Concilio Vaticano II y desde entonces solo se tolera un bien arraigado culto popular, que se extiende por todo el mundo. No en vano tiene hasta su página de Facebook.
Como es normal, existen muchas leyendas en torno a su historia. Una de ellas es muy divertida y defiende su no existencia. Según cuenta Lancelot Sheppard en su libro "The saints who never were" (1969) ("Los santos que nunca fueron santos"), en 1781 unas monjas de un convento de París recibieron un paquete con unos huesos no identificados. En la parte superior de la caja, el remitente había escrito "Spedito", es decir, "correo exprés", probablemente para que el paquete llegara más rápidamente. Sin embargo, las monjas entendieron que los huesos pertenecían a "San Spedito" y relacionaron las reliquias con un mártir desconocido llamado Expeditus, patrón de Achiriali (Sicilia, Italia), que aparecía en un Martirologio italiano de la época. Comenzaron a rezarle y cuando sus oraciones se vieron atendidas, su veneración se extendió por toda Francia.
Sin embargo, la creencia católica le asigna toda una historia. San Expedito sería en este caso comandante de la XII Legión romana, llamada la "Fulminata". La tradición cuenta que la XII Legión estaba en Armenia, defendiendo los confines del Imperio Romano. Después de luchar durante bastante tiempo, se encontraban exhaustos y sin provisiones. Al tener que enfrentarse a un nuevo ataque de los enemigos, los soldados romanos alzaron los brazos al cielo pidiendo ayuda al dios de los cristianos. Para su sorpresa, el cielo se oscureció y una tormenta de agua y viento, cubrió completamente al ejército enemigo, permitiendo a la "Fulminata" rehacerse y conseguir una nueva victoria.
Después del suceso muchos soldados se convirtieron a la fe cristiana, pero Expedito no se decidía. Quizás porque su puesto de comandante era incompatible con el cristianismo, y su conversión sería entendida como un desafío al emperador. Finalmente un día se lanzó y entonces apareció el mal, en forma de cuervo, para intentar hacerle cambiar de idea, diciéndole: "¡Cras, cras, cras!" (en latín: "¡mañana, mañana, mañana!"). Pero el converso aplastó al cuervo con el pie y gritó "¡Hodie, hodie, hodie!" (¡Hoy, hoy, hoy!). Por eso se le considera patrón de las causas urgentes y se le representa como un soldado romano, que sujeta una cruz con la inscripción "Hodie" y que pisa un cuervo con la leyenda "Cras".
Por supuesto, su vida acabó fatal. El emperador se enteró de que iba predicando la fe cristiana, lo mandó apresar y flagelar. Aunque tenía la oportunidad de arrepentirse, al no retractarse, Expedito fue decapitado un 19 de abril del 303.
Imprimir página
Huesos de San Expedito
Ingredientes
Anís grano - 1 cda (opcional)
Harina - 225 g
Azúcar - 50 g
Impulsor - 1 cdta
Huevo L - 1 ud
Yema - 1 ud
Aceite - 40 ml (de oliva suave o de girasol)
Anís (licor) o Aguardiente - 50 ml
Aceite para freír - C.S. (de oliva suave o de girasol)
Azúcar glace - C.S. (para espolvorear)
Elaboración
Preparamos todos los ingredientes para que se atemperen a la temperatura ambiente. Mientras, machacamos los granos de anís en un mortero o los trituramos en un molinillo eléctrico. No hace falta hacerlo polvo, pero que no quede muy entero.
A continuación, en un bol, mezclamos bien la harina con el azúcar y la cucharadita de impulsor. Hacemos un hueco en el centro y añadimos todos los demás ingredientes: el huevo, la yema, el aceite, el licor de anís y el anís en grano machacado.
Con ayuda de una cuchara o un tenedor, mezclamos todos los ingredientes líquidos que hemos puesto en el centro. Poco a poco, vamos añadiendo harina del contorno, hasta incorporarla completamente. Cuando ya no podamos seguir trabajando con la cuchara, terminamos de formar la masa con la mano. No hace falta amasar enérgicamente, sólo que se amalgamen bien todos los ingredientes. Untamos la parte externa de la pella con un poco de aceite, la devolvemos al bol, lo tapamos con un paño, y dejamos reposar la masa media hora a temperatura ambiente.
Pasado el tiempo de reposo, dividimos la masa en porciones y damos forma cilíndrica a los huesillos. Yo los he hecho pequeñitos, como bocaditos, de unos 5 cm de largo, pero los puedes hacer más grandes si quieres. Si la masa está un poco pegajosa, puedes untarte las manos y la superficie de trabajo con un poco de aceite para trabajar más cómodo. Los vamos disponiendo en la mesa de trabajo y los rajamos a lo largo con un cuchillo. De esta forma, al freírlos, la masa se abrirá por la raja.
Ponemos abundante aceite en una sartén, a calentar a fuego medio. No interesa que el fuego esté muy fuerte para que no se doren muy rápidamente por fuera y queden crudos por dentro. Añadimos los huesos por tandas de pocos en pocos, para que la masa tenga espacio para abrirse e hincharse libremente. Los freímos por ambas caras y cuando estén doraditos los sacamos a escurrir a un plato con papel absorbente. Mientras que aún estén calientes los rebozamos generosamente con azúcar glace (la masa no tiene mucho azúcar, así que este aporte extra se agradece).
Como esta semana es un poco peculiar, he querido recoger en este post las 2 entradas que me tocaba publicar. Es decir, la normal de los martes y la de las "Tradiciones Siempredulces" que tocaba este viernes, como último del mes. Así me puedo tomar yo también unos diíllas de descanso. Espero que os guste la receta que he elegido. ¿La conocíais?. ¡Para mí ha sido todo un descubrimiento!.
Ya me despido hasta el martes que viene deseándoos a todos una muy feliz Semana Santa y dejándoos una pregunta: ¿Cuál es vuestra receta de semana Santa preferida?. ¡Un besote!.