No voy a negar que me encanta la cocina extrajera. Cada vez que bajo a algún sitio considero tan importante probar la cocina local, como ir de museos o visitar lugares emblemáticos. La cocina es una parte muy importante de la cultura.
Por eso mismo, también me parece muy importante conocer y dar a conocer nuestra propia cocina. Y por eso, ya que en todas las panaderías, pastelerías y supermercados ya nos llevar unos días recordando que ya llega San Blas, yo no voy a ser menos y hoy traigo una receta de la tierra ligada a esta celebración, las rosquillas de San Blas
Esta festividad tiene lugar el día 3 de Febrero. Se celebra de diferentes maneras en muchos lugares de España. Aquí, en Bilbao, es típico comprar un cordoncito de algodón bendecido que hay que llevar 9 días (algunos dicen que hasta el miércoles de ceniza) y luego se quema. Con esto se previenen los males de garganta durante todo el año (San Blas, además de obispo fue médico, así que supongo que de aquí la tradición)
Los cordones se bendicen en la iglesia de San Nicolas, al lado del Arenal. Alrededor de la iglesia se colocan puestos donde venden cordones de todos los colores imaginables (incluido blanco y rojo, aupa Athletic) y dulces típicos de san Blas, como rosquillas de San Blas, tortas de San Blas y caramelos de malvavisco, que también destacan por sus propiedades expectorantes antiinflamatorias. Vamos, que son buenos para la garganta.
Al margen de creer o no en las propiedades del cordón bendecido, a mi me parece una tradición muy bonita. Además yo me paso todo el año esperando que llegue esta fecha para poder comprar un paquete de rosquillas. Los caramelos de malvavisco también están buenísimos, pero por eso de cuidar la silueta y la dentadura, no siempre compro. Así que todos los años, mi madre o yo nos damos el paseíllo hasta San Nicolas para comprar un arcoíris de cordones para toda la familia y un paquete de rosquillas(me hace más ilusión comprarlas aquí que en la pastelería).
Y por primera vez, este año he decidido atreverme con ello y hacer mis propias rosquillas de San Blas. Son unas rosquillas más bien duritas que se hacen al horno y con un glaseado de anís que les da un sabor muy característico. Resultan bastante contundentes y llenan bastante, pero están tan ricas que cuesta parar. Para ser la primera vez que las hago han quedado muy pasables y ha sido muy entretenido hacer los churritos y darles forma, así que ha sido la primera pero no la última. ¡¡Y si me animo, la próxima hago video receta!! (Hacer videos es uno de mis propósitos para el 2014 que espero cumplir) Sin más os dejo con la receta.
Rosquillas
270g de harina
3 huevos M
60 ml de aceite de oliva
20 gr azúcar
2 cucharadas de anís o 10 gotas de esencia de anís (esto va un poco en función de cómo nos gusten, a mi me gusta que tengan bastante sabor)
Glaseado
2 claras de huevo
200 g de azúcar glas
Un chorrito de anís o unas gotas de esencia de anís
Pasos
Batir los huevos. Añadir el azúcar. Una vez que la mezcla sea homogénea, añadir el anis y el aceite y seguir batiendo
Incorporar la harina tamizada poco a poco. Si la masa queda demasiado pegajosa, añadir un poco más de harina.
Engrasar con un poco de aceite la encimera donde vayamos a trabajar y amasar hasta que la mezcla quede elástica
Coger trozos de masa del tamaño aproximado de una ciruela (de las grandes, no una Claudia :D)
Hacer unos churritos con ella y juntar los extremos formando la rosquilla
Colocarlas en una bandeja forrada con papel de horno. El horno debe estar precalentado a 165º. La receta que miré ponía que el tiempo de horneado eran 20 minutos, pero yo las dejé media hora y aún así no estaban tan duras como las que se venden
Pasar a una rejilla y dejar enfriar.
Mientras tanto vamos preparando el glaseado. Es el mismo que se utiliza para las galletas. Yo aquí explico el método tradicional, pero yo utilizo un preparado a base de albumina en polvo y azúcar glas al que sólo hay que echar agua, ya que es mucho más rápido y cómodo.
Batir las claras con un batidor de varillas e incorporar poco a poco el azúcar si dejar de bator. Agregar el anís y seguir batiendo hasta obtener una crema espesa, casi como un merengue. Bañar las rosquillas y dejarlas secar totalmente
¿Porqué hay una rosa? Reciclaje del glaseado de las galletas de San Valentin :D