Conoce la fruta después del verano

 En estas fechas, el mercado se viste con nuevos productos, llenos de sabor y color, que visten de un incipiente aroma otoñal toda nuestra despensa. Es el momento: aprovecha las saludables propiedades que te traen las frutas de septiembre.

 

Y es que las primeras lluvias tras el calor estival nos devuelven aromas muy estacionales y unas ricas frutas. Es el caso de las brevas, de un color verde oscuro intenso, que son el primer fruto que ofrece en el año la higuera, dando paso después a los higos, de un tono verde más ácido. A la vez que las higueras se pueblan de frutos, los arbustos del bosque y los cercanos a las riberas de los ríos quedan cuajados de bayas: primero las grosellas; después moras y arándanos.

 

Frutas como la higuera, la parra y el granado son árboles típicamente mediterráneos. Desde finales de julio las uvas comienzan su fructífera temporada, que se extiende hasta el mes de diciembre. Por su parte, típicamente otoñales son las granadas y las manzanas, que aparecen ya en septiembre para acompañarnos a medida que van bajando los termómetros.

 

Grosellas, arándanos y moras

De color blanco, negro y rojo, las grosellas son las primeras frutas del bosque en aparecer, en el mes de agosto. Son pequeñas bolitas que nacen en forma de racimos, de sabor ácido y refrescante. Muy ricas en vitamina C, pero también en provitamina A, fibra y minerales, las grosellas se suelen consumir en mermeladas, jaleas o salsas, ya que al natural tienen un sabor muy fuerte.

Los arándanos (de color azul oscuro) y las zarzamoras (de color negro) surgen en septiembre. Ambas frutas comparten un alto valor nutritivo, ya que poseen grandes cantidades de antioxidantes, en forma de vitaminas A, C y E. Para consumo al natural, es más habitual disfrutar de la mora, que posee un sabor mucho más dulce y suave. Tanto arándanos como moras se utilizan sobre todo para preparar mermeladas, jaleas, jugos y helados. Las salsas elaboradas a partir de frutas del bosque son excelentes para acompañar carnes asadas, especialmente la caza.  

Granada: explosión de sabor

Fruto típicamente mediterráneo que introdujeron los árabes en la Península Ibérica. Ya los egipcios y los griegos lo consumían atribuyéndole un simbolismo relacionado con la fecundidad. Hoy se cultiva en Levante y en grandes áreas de la costa oeste del Continente Americano. Bajo su cáscara dura, se esconde una pulpa dividida en granitos de sabor refrescante y color rojo intenso.

Muy saludable gracias a su bajo poder calórico y al elevado nivel de antioxidantes, la granada se puede consumir sola, con azúcar, o bien en confituras y jugos. Muy conocida es la granadina, bebida que se destina a la elaboración de cócteles. El consumo de granada está aumentando gracias a su incorporación a otros ámbitos de la cocina: la granada queda excelente en ensaladas, guarniciones y salsas para asados.  

Irresistibles uvas

Las primeras uvas nacen en la parra a finales del mes de julio, pero la mejor cosecha llega cuando despedimos el verano. Con una enorme variedad en color y formas, la uva de mesa se caracteriza por un sabor inconfundible y muy dulce. De hecho, al tener más azúcar que la media de las frutas, normalmente se dice que "engorda". Realmente su valor energético es moderado, pero no alto: unas 70 calorías por 100 gramos.

Consumida con moderación es auténtica medicina para nuestro organismo. Es rica en fibra, antioxidantes y taninos, por eso se considera anticancerígena, pero también una buena ayuda para luchar contra el colesterol. Además, es desintoxicante y diurética. Se puede tomar al natural o en conserva, en zumos y macedonias de frutas. Sus aplicaciones culinarias sobrepasan el terreno de los postres, ya que queda excelente en ensaladas y guarniciones.  

Higos y brevas: todo el sabor del Mediterráneo

Voluptuosos y muy dulces, los frutos de la higuera empiezan a cargar los árboles a finales de agosto, finalizando la temporada a primeros de octubre. Al ser tan breve su período de maduración, hay que darse prisa para disfrutar de todo su sabor. Ricos en hidratos de carbono y fibra, destacan también por su alto contenido en minerales y vitamina A.

Se suelen saborear frescos en temporada, aunque secos son uno de los postres típicos de las Navidades. En la cocina ofrecen irresistibles postres como mermeladas, jaleas, compotas, bizcochos y una interesante variedad de repostería artesanal de herencia árabe. La salsa de higos es excelente para aderezar carnes rojas, la caza, el foie o el pato.  

Versátil manzana

Considerada desde tiempos remotos fruta del pecado, en realidad de la manzana sólo pueden venir cosas buenas. Y es que no sólo es sanísima, por su alto valor nutritivo y escasas calorías, además es una de las frutas más versátiles de las que disponemos, ya que se adapta a cualquier tipo de plato: postres, ensaladas, purés, rellenos, salteados, zumos, guarniciones...

Pochada con más verduras ofrece a los sofritos un toque agridulce único, pero también es excelente para preparar cremas suaves de calabacines o puerros. Asada es una bendición para los que están a dieta, y su zumo es un excelente reconstituyente y diurético. Aunque, afortunadamente, en la actualidad podemos disfrutar de su sabor durante todo el año, la temporada natural de la manzana ocupa desde finales del verano hasta la llegada del invierno.