Pero además, si habéis quemado vuestro cazo favorito, bastará con aplicar unas gotas del producto y frotar suavemente con un estropajo. Veréis cómo desaparece la parte quemada al instante y sin apenas esfuerzo. Milagrosamente vuestro cazo volverá a tener el aspecto de siempre.
Este truco lo descubrí por casualidad cuando se me ocurrió hacer arroz con leche, pero con leche enriquecida con calcio y vitamina D. En cuanto empezó a hervir la leche, y a pesar de remover continuamente, se formó un poso quemado en el fondo del cazo que no conseguía eliminar a pesar de probar varios productos y rascar vigorosamente durante un buen rato. Sabiendo que la parte quemada eran componentes de la leche probé el detergente para biberones y me sorprendió lo bien que funcionaba. Conseguí salvar mi cazo. Otro día se me volvió a quemar una olla, esta vez con verdura. Tras varios intentos sin conseguir nada volví a probar el detergente con los mismos buenos resultados, a pesar de que esta vez no había productos derivados de la leche.
Os animo a que lo comprobéis con vuestros propios ojos. Os asombrará.
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