Ingredientes
- Tres o cuatro huevos, dependiendo si son de los grandes o los medianos.
- 200 gramos de azúcar.
- La ralladura de un limón.
- 250 gramos de leche (o un vaso).
- 250 gramos de aceite de oliva (un vaso).
- 375 gramos de harina.
- Un sobre de levadura química.
- Azúcar para espolvorear o decoración.
Preparación
Primero vamos a batir los huevos con el azúcar y le añadimos la ralladura de limón, la leche y el increíble aceite de oliva. Lo mezclamos todo muy bien y si quieres, puedes usar la batidora directamente para hacer el proceso mas fácil.
Ahora en el bol le incorporamos los secos y la harina con la levadura. El siguiente paso es el mismo, mezclamos súper bien y si es a mano, ten cuidado y no te queden grumos; si mezclas con la batidora, verás como la masa quedará perfecta. Hay algunas personas que les gusta dejar esta masa reposando una media hora, pero la verdad la puedes hacer de inmediato.
Ahora vamos precalentando el horno a 200 grados centígrados y mientras tanto vamos a ir con las magdalenas. En la misma bandeja de horno, colocamos los capacillos de las magdalenas por toda la superficie y vamos llenándolos con la mezcla con cuidado (algo siempre se caerá a la bandeja, no hacerlo es misión imposible) iremos dejando un dedo aproximadamente sin llenar, ya que estas en el horno crecerán.
Espolvoreamos la parte de arriba con azúcar y ya podemos meter nuestras ricas magdalenas al horno. Eso sí, al hacerlo hay que bajar la temperatura hasta 180 grados para que no se nos queme lo de fuera y se queden crudas por dentro.
Dejamos que se horneen durante 20 ó 25 minutos y muy importante, nunca abras el horno antes de este tiempo; ya que todo lo que crecen en volumen hacia arriba, lo volverá a bajar y peor aún, se quedan como concentradas en un mazacote. Bastante incomible, así que mejor que sobre a que falte. Si ves que el color se tuesta demasiado, ve bajando de poco en poco la temperatura del horno.
Una vez hechas y sin peligro de “aplastamiento” las podemos dejar a enfriar para más tarde saborear y endulzarnos un poco el día. Si prefieres que se vean más llamativas, puedes añadirle una maravillosa decoración como el confeti, pepitas de chocolate o fondant; aunque muchas de estas cosas van depende de tu gusto. Si las guardamos en un plástico podrán durar varios días sin perder su esponjosidad.
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