Cuando se me ocurrió la idea empecé a garabatear calaveras hasta que hice la que me gustó. Derretí chocolate blanco lo puse en un biberón de decorar y fui haciendo calaveras sobre un acetato utilizando mi dibujo como guía.
Terminadas las calaveras las metí en el frigorífico para que endurecieran.
Busqué entre mis restos de decoraciones y encontré unas florecitas de fondant para poner en los ojos y unos corazones rosas de azúcar para la nariz, para la boca utilicé chocolate negro derretido.
Para que fuesen "sangrientas" utilicé el mismo relleno que en el cementerio de fantasmas, frambuesas con azúcar glass y esta vez usé las magdalenas cuadradas de Montes Lara que son las que menos copete tienen.
Para pegar las Catrinas a las magdalenas puse un poco mas de chocolate blanco