Durante este confinamiento había que probar alguna receta dulce, sin ninguna duda. En la red ví esta receta, que me pareció muy interesante. Las cookies en su versión americana son unas galletazas enormes, mucho más grandes de las que estoy acostumbrada a ver y comer. La receta la saqué de AQUÍ que se basa en la mezca de brown sugar (para el toque esponjoso) y azúcar blanco (para el toque crujienete/caramelizado).
Me han gustado mucho, y desaparecieron de la caja de galletas en un pis-pas.
Ingredientes :
• 260 g de harina
• 1/2 cucharilla de café de bicarbonato
• 1/2 cucharilla de café de sal fina
• 170 g de mantequilla sin sal)
• 220 g de azúcar moreno
• 100 g de azúcar blanco
• 1 cucharilla de café de extracto de vainilla
• 1 huevo
• 1 yema de huevo
• 300 g de pepitas de chocolate
Preparación:
• En un bol, mezcla con la batidora eléctrica la mantequilla, el azúcar moreno y el azúcar blanco.
• Añade el extracto de vainilla, el huevo, la yema y vuelve a mezclar con la batidora.
• Tamizar de manera conjunta el harina, la sal y el bicarbonato sódico, y añadir a la preparación para volver a mezclar con al batidora.
• Incorpora las pepitas de chocolate. Esta vez para remover es mejor utilizar una cuchara de madera en vez de la batidora eléctrica, para evitar que se deshagan las pepitas.
• Dejar esta mezcla en el frigo durante 20 minutos. Precalentar el horno a 170ºC.
• Una vez que la pasta este fría (o al menos fresca), haz pequeñas bolas sin aplastar, ayudandote de una cucharilla de café. Ponlas sobre las placas para hornear de manera que haya espacio entre ellas para que no se peguen.
• Déjalas cocinando durante 15 minutos, comprobando regularmente que todo va bien. Las Cookies están listas cuando estén doradas, pero deben estar aún blanditas cuando las toques con un dedo o un palillo. Una vez cocinadas sácalas del horno y déjalas reposar algunos minutos, ya que todavía están muy blanditas para moverlas.
Normalmente las cookies se conservan muy bien durante unos días en una caja de metal. Eso si consiguen pasar el primer día.
Fuente: este post proviene de Aquí se cuece jugando, donde puedes consultar el contenido original.
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