Para consumirla día a día, suelo cortarme una rodaja o tajada y listo, pero si la sirvo como postre en una comida con más gente, prefiero presentarla de forma que todos podamos comerla de forma mas sencilla. ¿Quién no se mancha la cara comiendo grandes tajadas de sandía? Precisamente en este post busco mostraros distintas formas de cortar la sandía para disfrutar de su pulpa sin tener que recurrir a las rodajas convencionales.
Imagen: Steven Depolo/Flickr.com
La manera más habitual de cortar la sandía que uso es la que veréis en el siguiente vídeo. Pongo la mitad de la sandía sobre una tabla de cortar, boca abajo, y realizo cortes verticales a lo largo de toda la cáscara. Una vez finalizado, giro la tabla y hago otros cortes iguales. De esta manera, como veis, cada uno puede coger porciones de sandía que se comen de manera más cómoda que la tajada grande.
En este otro vídeo, se muestra esta forma de corte de la sandía, pero también se enseñan otras 4 maneras más de hacerlo. En tres de los casos se consigue mediante distintos cortes, extraer la pulpa entera, sin cáscara, en cuadraditos, perfectos para pinchar con un tenedor. La otra manera consiste dividir un corte grande de sandía en triángulos más pequeños, para comerlos en pocos bocados.
El último vídeo que os traigo es el que más me ha llamado la atención. En él, como comenta el autor del mismo, no se muestra ese corte para facilitar la ingesta de la sandía, sino para que se aproveche mejor la parte dulce de la misma, que con los cortes tradicionales no se hace. En este caso se corta la sandía entera, realizando unos triángulos con un cuchillo afilado hasta el centro de la sandía. Al finalizar, la sandía queda cortada por la mitad en forma dentada y todas las porciones están igual de dulces.
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