La oferta de productos alimentarios que podemos adquirir en una de las tiendas donde se pone en práctica el 'comercio justo' va desde el clásico café y el popular chocolate a especies africanas, vino blanco o mermelada tropical; y aunque pueden resultar un poco más caros que los de cualquier otro establecimiento normal, incluir alguno de estos productos en el carro de la compra reporta muchos beneficios a colectivos desfavorecidos.
En 2004, los consumidores españoles se gastaron más de 5 millones de euros en las más de 60 tiendas que venden productos de comercio justo en nuestro país, según los datos de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. De esta cifra, el 34%, alrededor de unos 1,7 millones de euros, se gastó en productos de alimentación. Lo más vendido: café y chocolate.
De la plantación a casa
Los productos existentes en estos establecimientos vienen a través de importadoras. En España este papel lo desempeñan tres grandes organizaciones (Intermón Oxfam, IDEAS y Alternativa 3), aunque también existen otras más pequeñas, especializadas en un área geográfica o en ciertas líneas de producto (Copade, Espanica, Equimercado, Mercadeco, Solidaridad Internacional, Sodepaz...).El trabajo de estas importadoras se rige por los principios del Comercio Justo que, "en un contexto internacional con injustas reglas comerciales", compite por introducir elementos éticos dentro del comercio.
Para ello, las importadoras buscan el contacto directo con los productores, eliminando intermediarios, que encarecen el precio final; pagan un precio que cubra los costes de producción (materias primas, mano de obra) y permita al productor un margen para invertir en el desarrollo de la comunidad (plus de sostenibilidad); prefinancian al menos un 50% de la importación, y favorecen las relaciones a largo plazo con los productores.
Además de estas pautas en la relación comercial, la importadora se compromete a dar asesoramiento y capacitación para el desarrollo de los productos y el acceso a nuevos mercados, y realizan actividades de sensibilización.
Un toque exótico y solidario
Además de aportar nuestro grano de arena a la causa que defiende el comercio justo, estos productos pueden aportar, cómo no, un toque exótico a comidas o cenas, trayendo a nuestra mesa alimentos de diferentes rincones del mundo. Así, podemos aliñar ensaladas con un vinagre de limón e hinojo procedente de Nantekara (África), o sazonar carnes, couscous o sopas con harissa, una mezcla norteafricana de hierbas variadas que dan un toque picante muy especial.Grano de couscous procedente de Palestina o macarrones elaborados con quinua de Bolivia pueden ser una buena base para nuestros platos. Para acompañar, nada mejor que vino blanco africano o una lata de refresco de guaraná.
De postre, galletas elaboradas con miel de México y Chile, cacao de la República Dominicana y azúcar de caña de Ecuador y Costa Rica; mermelada Rooibos Tropical, originaria de Sudáfrica confeccionada con una selecta mezcla de frutas tropicales; o miel de Lacandona, obtenida en Guatemala a partir del néctar de las flores de los arbustos del café y árboles cítricos.
Sellos de garantía
Otra de las características de este comercio alternativo es la transparencia total en el origen y componentes de los alimentos que comercializan. Así, para garantizar que los productores y los comercializadores de un determinado producto han seguido los criterios de Comercio Justo existen sellos de garantía específicos. Las primeras iniciativas surgieron a finales de los 80 y principios de los 90. Así, en distintos países se pueden encontrar los sellos Fairtrade, Max Havelaar y Transfair.Más recientemente, estas iniciativas se unieron en una común, FLO, que surgió en 1997. Las asociaciones responsables de gestionar los sellos establecen los criterios específicos para cada producto y mantienen un registro de productores, a los que auditan periódicamente. El sello puede ser utilizado no sólo por las organizaciones de comercio alternativo, sino también por compañías convencionales, lo que permite ampliar los canales de distribución del Comercio Justo. Actualmente existen sellos para café, cacao, té, miel, azúcar, zumo de naranja y plátanos.