Galletas en espiral
¡Hola a tod@s! ¡No me digáis que no son requetebonitas estas galletas en espiral que os traigo hoy! A mi me tienen enamorada; en cuanto se las vi a Sofía de Sobrillas blog supe que algún día sin mucho tardar tendría que hacerlas.
No encontré mejor ocasión que el cumpleaños de mi niña mayor, que el pasado mes de Febrero cumplió 5 añazos.
En el cole de Martina es costumbre el día del cumple de los niños, llevar un almuerzo para toda su clase y a la salida del cole entregar un detallito a cada niño. Y a mi me gusta mucho llevar galletas caseras que sean muy vistosas porque a los niños les encantan. El año pasado llevamos unas “galletas varita” en forma de estrella y forradas de fondant, y este año quería llevar algo un pelín diferente. Así que en cuanto las vi dije: ¡estas galletas las tengo que hacer! Y dicho y hecho, ricas y super sencillas, me encantaron. He de decir que de la receta original de Sofía modifiqué la cantidad de azúcar glas, pues me gusta que sepan un poco dulzonas y por eso le añadí un poquito más. Os pongo la cantidad de la receta original y lo que yo les puse. También doblé las cantidades, porque las galletas de mantequilla de dos sabores acostumbro a amasarlas desde el principio por separado, no hago la masa y luego separo una parte y añado el chocolate, así que os pongo como las hice yo tal cual. La decoración también la modifiqué un poco.
Ingredientes:
Masa vainilla:
125 gramos de mantequilla fría cortada en cubitos
60 gramos de azúcar glas (yo le puse 100 gramos)
1 cucharada (15 ml) de pasta o esencia de vainilla
250 gramos de harina
1 huevo L
Masa de chocolate:
125 gramos de mantequilla fría cortada en cubitos
75 gramos de azúcar glas
30 gramos de cacao en polvo puro (tipo Valor)
1 huevo L
220 gramos de harina
Para la decoración:
100 gramos de chocolate negro para postres
50 ml de nata líquida
Sprinkles de colores
Preparación:
Lo primero que haremos sera poner en el bol de nuestro robot o amasadora la mantequilla fría. Añadimos el azúcar glas tamizado y batimos con la pala hasta integrar por completo.
Añadimos el huevo ligeramente batido y la vainilla.
Por último añadimos la harina tamizada y mezclamos hasta integrar del todo y que la masa se nos haga una bola por sí sola. Una vez lista, damos forma de bola con las manos y envolvemos en film transparente. Guardamos en la nevera.
Para la masa de chocolate repetimos la operación, con la diferencia de que a la hora de integrar la harina, añadimos el cacao en polvo junto para tamizar y añadimos a la masa. Formamos una bola y enfriamos en nevera bien envuelta en film transparente.
Dejaremos enfriar más o menos 30 minutos. Pasado este tiempo sacamos de la nevera y con ayuda de un rodillo, estiramos las masas por separado entre dos papeles de horno para que no se nos quede pegada la masa al rodillo. Dejamos un grosor de aproximadamente 1 cm.
Una vez estiradas las dos masas las volvemos a enfriar 20-30 minutos sobre unas bandejas. Una vez pasado el tiempo ponéis la masa de vainilla sobre la masa de chocolate. Ajustáis bien para tener que recortar lo justo y cortáis con un cuchillo los bordes hasta dejar un rectángulo perfecto.
Ahora, con mucho cuidado, vamos enrollando sobre sí misma la masa, apretándola lo más que podamos pero con cuidado de no deformarla. Envolvemos en film transparente y enfriamos en nevera mínimo 1 hora (yo las tuve toda la noche). Una vez listas desenvolvemos y vamos cortando “rebanadas” de galleta de más o menos 1 cm de ancho. Las disponemos sobre un papel de horno y horneamos unos 12-14 minutos a 180º, procurando que no se quemen.
Una vez horneadas, dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Ahora prepararemos la ganache de chocolate con la que “rebozaremos” nuestras galletas. En un cazo calentamos la nata lo justo hasta que de un hervor. Vertemos sobre el chocolate partido en trozos pequeños y vamos removiendo hasta que se funda el chocolate y se integre por completo. Si en este paso vemos que nos cuesta fundir el chocolate, podemos darle un golpe de calor en el microondas para agilizar el proceso.
Es momento de hacer girar nuestras galletas sobre la ganache. Pasamos el canto con mucho cuidado por el chocolate derretido, y procuramos quitar el exceso dándoles un “meneíto” en el aire. Una vez cubierto todo el canto de la galleta la pasamos rápidamente por un plato o bandeja lleno de sprinkles de colores (se pueden utilizar virutas de chocolate, frutos secos triturados, crocanti de almendras…) hasta que todo el borde esté cubierto. Apoyamos la galleta sobre una bandeja con un papel de horno y seguimos con la siguiente galleta. Una vez llena la bandeja la metéis en la nevera hasta que se solidifique el chocolate por completo.
¡Y listas! Con esta receta a mi me salieron unas 30 galletas, pero si os parecen muchas o no necesitáis tantas, podéis usar la mitad de las cantidades sin problemas. Espero que os hayan encantado como me pasó a mi cuando las vi y que os animéis a hacerlas si tenéis ocasión, pues merecen la pena y seguro que hacéis feliz a alguien. Sin más me despido hasta la semana que viene y os mando un beso muy fuerte a todos.
Andrea